Local pequeño pero acogedor. Cocina tradicional de la zona, contundente

Local pequeño pero acogedor.
Cocina tradicional de la zona, contundente, chuletón, cabrito, cordero, etc; entrantes a base de croquetas, pimientos con queso, patatas machaconas, jamón, etc.
Carta de vinos muy reducida y limitada a la Ribera del Duero, con algunos Riojas también.
Tomamos un Condado de Haza crianza 2004; al intentar descorcharlo a la dueña se le rompió el corcho y, sin decir ni mú, cambió la botella.
Nos preguntó si deseabamos que lo decantase; al hacerle saber que la temperatura del vino resultaba excesiva, rápidamente nos ofreció una cubitera que cumplió su cometido. Coperío de batalla.
Bueno el chuletón pero, ojo, excelso el solomillo de ciervo con puré de castañas; la verdad es que no sé dónde lo consigue tan tierno, ya que al preguntarle como lo maceraba nos respondió que no lo hacía.
Postres absolutamente prescindibles.
Buena RCP, sobre 65 € dos personas.