Fui el fin de semana pasado, recomendado por un amigo.
Habíamos reservado para dos a las 14.30, y llegamos puntuales.
Nos plantamos en la puerta, y estaba cerrada, cosa que me extrañó. No había ni timbre ni nada para llamar. Resulta que una comensal nos vió a través de cortinas y cristal, y se levantó a abrirnos. Había una mesa enorme con una familia entera "a puerta cerrada", y luego nuestra mesa. Si bien es verdad que en cuanto nos vieron entrar, una encargada nos atendió enseguida (menos mal).
Esta comida familiar hizo el entorno un poco turbio, pero no nos molestó demasiado, en mi opinión lo hacía más familiar y acogedor.
Pasando a la comida, empezamos con 4 entrantes, un plato principal, postre y café.
Los 4 entrantes fueron:
- Ensalada de canónigos con salmón y queso de cabra. Buena opción para empezar de forma ligera.
- Parrillada de verduras. Bastante buenas, al punto y variada.
- Cigalitas con habitas baby. Producto fresco y de calidad, pero cigalitas con habas, no me combinó muy bien.
- Revuelto de morcilla y foie. Algo que habría cambiado por algo de pescado, pues antes comimos cigalitas. Pero, muy bueno y sabroso.
De plato principal, fideuá, lo mejor de la comida. Fideos finos, sueltos, marisco fresco y cocido lo justo, muy tierno. El socarrat de debajo (mi parte preferida), tostado, pero suelto. Fideuá totalmente recomendable.
En cuanto al vino, un Vino Castillo de Liria Blanco 2009, con un servicio del vino, "muy de ir por casa", como el propio restaurante.
De postre, pudding de naranja casero, muy bueno y dulce, pero con escaso sabor a naranja, quizá por el caramelo.

En definitiva, una buena visita, volvería. No se puede comparar a otros restaurantes de comida valenciana (más que nada por el precio), pero en este, me sentí como en casa: muy amables, muy acogedores y muy atentos en todo momento. La comida, fresca y de buena calidad.

El juevas pasado comimos tres personas y para como esta la cosa por ahi comimos muy bien, entrantes buenos y arroz muy bueno, nos atendieron como en casa, sin esperas, el precio buenisimo, ahora estan proponiendo menus semanales muy asequibles sin perder la calidad de la cocina, eso para mi es muy importante.el ambiente acogedor y repito que el trato fue excelente, como en casa.
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Dia 1/mayo/2012 4 comensales, pedimos 2 entradas , unas croquetas de la casa y una sepia plancha(sin limpiar su interior), y 2 tipos de arroz para compartir, 2 poatres y una botella de marina Alta, a parte de lo de la sepia , en general todo bueno, pero al final se complicó la comida, justo con el café , nos traen la cuenta indicando no se que problema familiar, intentro pagar con Visa , y me piden efectivo, el importe 130€, rascando todos los bolsillos llegamos a esa cantidad, y aquí sucede algo extraño, la persona que nos esta atendiendo , se lleva 3 billetes al bolsillo, a todo esto en el cofre de la cuenta habia dos notas con dos importes distintos, y nos dicen que uno de ellos es de una cuanta anterior de otro cliente, de repente comenzamos a oir una conversacion entre la dueña y cocinera y la responsable de sala y parece ser hija de la cocinera , "es un error, se lo tienes que decir, no a mi me da verguenze", etc ,etc. alfinal viene la dueña con la cuenta (la que no me correspondia) diciendo que se habían equivocado en 8€, y la hija por detras diciendo que no que era un error de ella y que no nos lo tienen que reperrcutir , etc, etc. al final nos vamos sin pagar los 8 euros de mas, pero pasamos un mal momento , eramos los unicos comensales de la sala, y La imagen fue lamentable, por cierto las 2 cuentas venian en un papel en blanco y realizadas a mano , sin ningún membrete del establecimiento. Un colofon poco agradable a una comida decente.

Pues bien, que quereis que os diga.
Aconsejado por un amigo, acudimos a este restaurante enclavado en pleno barrio del Cabanyal.
Por lo que a la comida respecta, no está mal, lo que sucede es que el precio resulta excesivo, -plato de clóchinas, 12 €-; al no existir carta, o no enseñarla, te recitan los platos, con el consiguiente peligro en los precios; no obstante, la atención, es muy buena.
Pese a todo, bueno el calamar a la plancha, eso sí, a 18 € + iva, y también buenas las clóchinas anteriormente citadas.
El "arros roig", -paella con carabineros-, con el arroz "esclafat", (para los que no entiendan el valenciano, pasado de cocción).
Lo mejor, el vino.
Nos recomendaron un blanco de Rueda desconocido para nosotros, "Monsalve 2006", excelente.
Lo dicho, junto con un Emilio Clemente 2002, 6 cervezas y 4 gin tonics de bombay, 48 € por cabeza.
Mala RCP, sobre todo si lo comparas con otros restaurantes de cocina valenciana, como L´Establiment, o Rocher.

Un restaurante acogedor donde se puede comer cocina de toda la vida, tratada con cariño y con un servicio familiar y amable. Los arroces son estupendos y tanto las calderetas como las encebolladas, allipebres, etc. son excepcionales. La bodega es suficiente y está a la vista de los comensales. El vino está bien tratado y a petición se decanta. La relación calidad/precio es buena, pensando en lo que se lleva hoy por Valencia. Muy recomendable

Local muy acogedor especialista en todo tipo de arroces y calderetas.Buena bodega de vinos y muy buena relacion precio calidad.