Escondido en un recoveco del hall de marmol del hotel Le Parker Meridien se encuentra esta hamburguesería recomendada con buen crédito. El contraste entre el ampuloso hotel y el localito (convenientemente customizado) es brutal. Póngase a la cola y pida un "The works" poco, en el punto o bien hecha. No hay manteles, servilletas de papel, suciedad en el suelo, en la mesa y las paredes, pero excelentes hamburguesas. Yo me comí dos y me quedé con ganas. Para acompañar, obvio, coca cola o cerveza.
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