Pequeño, aunque bastante coqueto para lo que se estila por estos lares, restaurante de cocina valenciana en el corazón de la Albufera. Decoración rústica bastante cuidada con buen espacio entre mesas.
Cosas a valorar en positivo: buena materia prima y presentación de los platos, servicio atento y servicial, tienen armario de vinos y una carta ni demasiado extensa ni original, aunque bastante aceptable. Postres caseros notables. Excelente la fideuá de fideo fino.
Aspectos negativos: Te sientas en la mesa y ya debes 7 €, puesto que sin pedirlo te traen agua, pan tostado y dos cuenquecitos con "all-i-oli" y "tomaquet". Mal detalle que afea la buena impresión que nos había causado el restaurante. Copas balón para el vino, que no están mal del todo. Algún entrante algo subido de precio. Se come con vino por unos 35 €/comensal. No sé si volveremos...

Situado en una de las zonas más significativas de las afueras de Valencia, topamos con este restaurante donde disfrutamos de unos magníficos berberechos, mejillones (Clochinas)y una interesante paella de mariscos. Todo ello regado con un chardonnay. La carta de vinos es corta. El precio es razonable, se cuida la materia prima.Las salsas que te ponen de "espera" muy ricas tanto la de tomate como la de ajo. La paella la hacen al momento.