Creo que está francamente bien. Buena relación calidad precio. Variedad. Calidad cierta. Ambiente castellano. Te encuentras agusto. No es tanto un restaurante como un local donde disfrutar de buena compañía y pasarlo bien. Falla el tema de los vinos. Algo conservador.

La Braseria Molino Rojo se ha convertido en un clásico de Valladolid, con decoración tícica castellana, el Molino Rojo ofrece un trato muy familiar y unas raciones muy tradicionales pero preparadas de una forma excepcional. El local esta situado en el semicentro de Valladolid, con lo cual estas al lado del centro pero no tienes tantos problemas para aparcar. En verano es una gozada cenar en su terraza, siempre abarrotada. Hay que destacar sobre todo los magnificos torreznillos, famosos en todo Valladolid. También se puede pasar a comer de una manera más formal en cualquiera de sus dos comedores donde se puede degustar unas carnes de muy buena calidad (aconsejo pedir el chuletón a la brasa, te lo sirven con una brasita pequeña para hacertelo a tu gusto). Por lo demás, los vinos con una carta pequeña pero escogida, basandose en los vinos de la Ribera del Duero. Ah!! Mención especial a los postres, sobre todo a la tarta de naranja y piñones.