Decepción en la última visita. La mitad de los vinos de la carta no los

Decepción en la última visita. La mitad de los vinos de la carta no los tenían. Se pierden mucho en las salsas y demás pero pierden de vista la calidad de las materias primas (cuesta bastante que te digan su origen y frescura). Pedí si me podían preparar un café irlandés y literalmente el propietario se rió en mi cara con una actitud despreciativa ("aquí no hacemos estas cosas tan cutres, esto no es un bar de carretera"). Respeto el que quieran o no preparar un simple café irlandés, pero no es forma de tratar a un cliente que se gasta 300 euros en una cena de cuatro personas, ni por la actitud ni por la información sobre el café irlandés, el cual me lo sirven en restaurantes y hoteles actualmente considerados de los mejores. No me importa si tiene un trauma con el café irlandés, pero no es muy profesional responder y actuar de la manera que lo hizo. No será la última vez que vaya, pero estas cosas hay que cuidarlas y sería bueno ver un poco de mundo. Por lo demás todo correcto, como siempre.