Un sitio perfecto para disfrutar del vino con amigos.
Viendo lo movido que es este barrio en cuanto a valoraciones de otros usuarios, fui paseando hasta que tope con este restaurante que recordaba bien valorado.
Era Martes, día laborable y elegimos degustar el menú mediodía que consiste en 3 entrantes y plato principal por 20€ con degustación de 2 copas de vino.
Los entrantes consistieron en foie con crujiente de Won Ton, croqueta de hongos y empanada de pisto, acompañados de un vino blanco seco, francés, muy afrutado y que resultó exquisito, pero lamento no recordar el nombre. De los entrantes recuerdo especialmente el foie que era finisimo y que el rellendo de la empanada no estaba a la altura del resto de entrantes.
El tinto era un Cepas Viejas (creo que 2005) de la bodega Dominio de Tares (D.O. Bierzo) que era perfecto para acompañar el plato principal, carré de cordero con compota de manzana y salsa de sidra del que hay que resaltar que la carne estaba en su punto y muy jugosa.
El postre recibe la peor valoración porque sólo había un plato para elegir, hojaldre relleno de crema pastelera acompañado helado de chocolate (4,5€) que pedimos para compartir, el helado perfecto, pero el hojaldre resultaba un poco soso.
Un punto a destacar del restaurante es el recogimiento que ofrece el comedor, ideal para disfrutar de una comida o cena entre amigos y poder degustar los vinos que ofrece Guillaume, que en mi caso fueron muy acertados, aunque lamento que al no presentarnos la botella al servir y traer la copa ya llena, no haya podido retener el nombre del vino blanco.
Tengo claro que si siguen así volveré en mas de una ocasión.