Cenar bien, estar a gusto y algunas sorpresas...agradables

Tras las valoraciones anteriores huelga explicar las peculiaridades de este restaurante que te pueden gustar más o menos pero que le imprimen personalidad.
No lo conocía y lo tenía pendiente y desde luego me gustó. Cenamos un grupo de ocho amigos en la zona de catas, más informal, en una amplia mesa , sólo tiene dos, tranquilos y muy cómodos que reforzó la naturalidad y corrección del Guillermo y del resto del equipo, agradable y atento a pesar de lo pesados que somos los grupos.

Tomamos el menú de mercado, bien seleccionado y presentado, algún pequeño fallo como el marmitako, demasiado salado. Maridamos con tres vinos, bien elegidos novedosos sobre todo un tinto de la Ampurdá, con un buen servicio en copas a temperatura y ritmo.
Los postres bien, sobre todo el fondant de chocolate y helado.
Cerramos con un refrescante y original gin-tonic, lo recomendamos sin duda y a buen precio: 6€.
Por poner algún pero: algunos fallos de ritmo entre plato y plato y puntualmente con el rellenado de la copas.

Pero quisiera junto a todo lo comentado, destacar el entorno, el trato, el ambiente, el tipo de clientes que hacen que estés realmente a gusto.
Sin duda muy recomendable.

PD: A por cierto para los amantes del cava: no dejéis de probar ''Barranco oscuro'' un cava de las Alpujarras muy recomendable.

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