en penyiscola, a 50 metros de la arena (o lo que sea que hace de playa, no comment) separados por una carretera estrecha, un local no muy grande pero bien aprovechado, nos lleva al pasado y no lo digo como algo necesariamente malo.

mantelería de tela, usada. muy usada...vamos, con algún que otro agujero en la extrema delgadez del lienzo mil veces (año) lavado...
limpio sí....

terraza con estufa... pero sensación de pequeño.. por algún momento me lo imaginé en verano y un escalofrío me recorrió la espalda...

el servicio es del propietario, amable, servicial.. muy correcto.
ese domingo no había más servicio, por lo que había "brillo" y rapidez para obtener un resultado aceptable de velocidad.

cocina marinera, con arroces de la zona, bien elaborados y bien resueltos, desde 14 euros a 23, los tradicionales..
cantidades ajustadas en el sentido que no sobró nada, no faltó tampoco, al menos los cuatro que ibamos.

los entrantes (por persona) deben pedirse pues si no se corre el riesgo de acabar justito....

postres algo caros, cerca de los 7 euros, bien elaborados, pero para un baile de 7 euros necesitas otros palmeros...

servicio del vino inexistente más allá de unas copas con láser pero sin marca y un traer/abrir/servir el vino como el que trae el pan...
sorprende que tenga un vega-sicilia en carta y algún que otro vinazo que ronda los 100 euros... igual montan una falla con ellos pero con los vinos de 20 ni falla ni traca...

para mi gusto algo caro... pero zona ultraturística (acostumbrados a sablear, haciéndolo más o menos bien, pero sableando siempre al turista)...pero recomendable por lo arriesgado que son las zonas turísticas de este tipo...

en resumen... para ser penyíscola, justitamente correcto.. si fuera cualquier otra ciudad con mar, sin ser ultraturística, no sería recomendable a estos precios

A pie de playa pero separado por la carrtera con un trafico bastante fluido, que es el inconveniente de la terraza, dentro el restaurante es bonito y acogedor.
Servicio muy atento, creo que es el propio Joan quien nos atendio, muy buenos arroces y entrantes para picar (quizas estos un poco escasos). Carta de vinos quizas un poco justa, pero buen servicio, cambian copas, lo pruebas, te dejan el corcho, nosotros pedimos un blanco pero el tinto esta a temperatura.
Carrito de postres espectacular

Excelente comedor interior, acogedor y bien puesto. Ha sido una cena tras un día de viaje y nos hemos dejado aconsejar directamente por Joan, que nos atendió personalmente, sobre varios platos para picar. A resaltar unos muy frescos y sabrosos caracoles de "puntxes" acompañados de un all i oli cremoso muy suave y un pescadito frito(salmonetes y lluçets) que estaban inmejorables. También destacables unas ortigas de mar rebozadas que estaban en su punto. La oferta de bodega nos pareció bastante estandar y nos sorprendió la escasez de oferta de vinos valencianos. Los postres caseros una tentación irresistible. Muy bien resuelto el tener pequeñas piezas de postre que permiten probar más de una especialidad. Buenas copas. El trato dado al vino ha sido nulo (el servicio abrió la botella y ni tan siquiera la dió a probar). En resumen calidad a un precio razonable.

Se encuentra ubicado en la playa Sur de Peñíscola. Cocina mediterránea tradicional. Excelente en arroces, pescados y mariscos. Carta de vinos extensa, disfrute en especial de los tintos por su conservación a temperatura idónea. Magníficos los chipirones con habitas y la ensalada de bacalao. Y de segundo un excelente Arroz Joan, disfrutaran los paladares arroceros. Para terminar un buen sorbete casero. Sencillamente estupendo.