Restaurante Druida en Barcelona
Restaurante Druida
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
40 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
3.0
Opiniones de Druida
OPINIONES
4

Con buenas referencias de este restaurante acudimos a una celebración familiar-amistosa de un cumpleaños con menú cerrado.
Al llegar y dado que los dueños y camareros conocen a los que organizaban , fuimos recibidos con gran efusión y cercanía lo que hacia pensar en una estupenda velada. Nos habían reservado un salón en el piso superior donde estuvimos solos. Al entrar vimos que había un par de mesas ocupadas en la planta baja.
Pudimos observar también la decoración del lugar que desde luego sorprende: un barroco recargado y afrancesado cuando menos curioso. A mi personalmente me pareció decadente y de poco gusto pero cada uno tiene sus preferencias.
Una vez en el salón tuvimos que estar de pie esperando a todo el mundo (eramos 15 personas) y tras mas de 15 minutos , alguien bajo a buscar a un camarero para que por favor nos sirvieran una bebida para la espera.
Tomamos cervezas y el vino blanco que estaba fresco esperando para la cena. Un verdejo aceptable llamado Gorgorito.
Una vez que todos nos acomodamos empezaron a subir con rapidez los aperitivos al centro. Ni la organizadora sabia lo que nos iba a deparar ya que según sus comentarios (totalmente fiables desde el punto de vista gastronómico) siempre la sorprendían con platos muy creativos y bien elaborados. Pues bien, estos fueron los entrantes “creativos”:
- Ensaladilla rusa en cucharitas individuales. Para olvidar. Trozos de patata del tamaño de un dado y mas bien duros
- Croqueta de ¿? . Bolitas de una bechamel de relleno no identificable con una buen punto de fritura
- Nguiris de lenguado (literalmente nos dijo que era de playa y pescado por la mañana). Pues debía haber estado al sol ya que estaba tieso como la mojama. Deplorable arroz japonés por llamarlo de alguna manera
- Jaomn ibérico . Comestible
- Gambas al ajillo. Gambones blandengues con una salsa aceptable pero servidos con poca fortuna en unos platos soperos
- Platos con panecillos que no estaban mal de dos tipos: con cereales y blancos

A esas alturas lo único que habíamos alabado todos era el Gorgorito que gracias al pan iba “matando el hambre”.
Para tomar la comanda de los segundos, subió con ampulosidad el dueño que alabó el solomillo ibérico de bellota que había recibido también por la mañana , y que se acompañaba de salsa de ceps y patata al aroma de trufa blanca. La opción de pescado era un rodaballo que apenas “vendió” pero que yo tomé y resulto ser lo mejor de la cena.
Los que pidieron el solomillo se quejaron de que venia frio ( alguno lo devolvió a calentar) y yo lo probé para constatar que la crema de patatas a la trufa blanca no era mas que el pure aliñado con el aceite aromatico empalagoso que tanto se lleva.
Con los segundos, pedimos que nos abrieran el vino tinto que era de la zona pero que no recuerdo el nombre (algo asi como Duc) pero que el peor Garcia Carrion hubiera sido de lujo a su lado. Tanto fue que pedimos cambio de vino y trajeron Melquior selección que al menos podía beberse.
El postre fue de lo mejor aunque sin pena ni gloria. Una especie de brownie con fresas y un helado de frambuesa o similar.

La organizadora quedo profundamente defraudada porque ni en cantidad, ni en calidad y ni siquiera en servicio fue lo que ella conocía. El precio del menú era de 40€ que en estos tiempos creo que podía haber dado “mas de si” en lo que a platos se refiere. Ademas de eso, el servicio dejaba bastante que desear y no entiendo como el dueño, que sabia de la celebración y siendo una buena clienta quien era homenajeada, no subiera en ningún momento a interesarse si todo iba bien.
A posteriori he visto los comentarios que hay aquí y en otros foros y esta claro que los Veremeros llevan mucho sin ir allí ( 5 años tiene el ultimo comentario) y en otras paginas se describe en muchos comentarios la “esencia” del lugar y el dueño.
En resumen, para los que no lo conocíamos es un lugar a anotar para no volver. Y para los que lo conocían, no creo que el sabor de boca que les quedó les haga repetir

Nos sorprendió gratamente este pequeño y coqueto restaurante(¿he comentado que es pequeño?).Menú degustación muy conseguido,con unos aperitivos ,que me recordaban a los dulces chupitos de alcohol de mi juventud, un llaminat de peus de porc correcto y un turbot salvatge de demiglace de gamba vermella sublime.La exquisitesa de filet de xai con reducció al punto, creo que el mismo xai hubiera dado su bendición.Los postres dignos de un local de categoria,eran para chuparse los dedos, si bien creo que los restaurantes de categoria pueden y deben servir con Nutella.Sin embargo nos pareció poco adecuado que las copas fueran una burda imitación de Riedel,intolerable.El servicio muy atento y profesional.El camarero iba de aqui para alla,contoneandose gracilmente cual bailarina de Lambada.El vino blanco que nos sirvieron un buen ......como se llama...... ah si... MARIDAJE!!,combinó adecuadamente con el menu,si bien nos hubiera regocijado echar un vistazo a la carta de vinos,más que nada porque nos quedamos con las ganas de ver si tenian muchas referencias(quiza mejor porque la carta normal estaba burdamente rectificada con boli).A pesar de los pocos contras,felicidades al Maestro Infante pues va en pos de la Estrella Michelin,si mejoramos vino y estrecheces.El personal muy bien.Shanah una autentica maravilla,que con pacharanes te inviten a Cardhus es de jefes!!.60 Eur. por barba(deseaba más),pero Volveremos!!

Soy vecino de la zona y pienso que este restaurante NO "es poco adecuado para la zona" (tenemos cerca l’Agora, Ca l’Isidre, el Quimet&Quimet, Casa Lucio, Rosal 34, etc... Visca el Barri!). En tot cas, es cierto que las mesas estan algo apretadas y recargadas (el detalle de decoración con la botella de vi de gel de Gramona, que quieres que te diga, lo tengo en casa, pero en un restaurante de la Chaîne des Rotisseurs no toca). Copas Spiegalau y temperatura del vino adecuada. La primera opción en blanco tampoco la tenian. Aperitivo interesante en gusto y presentacion y lo que pedimos tanto materia prima como el punto de coccion, presentacion y cantidad para mi ok (incluso el tataki de atun). El maître pienso que tendria que salir más a ganarse la clientela. El pastel de bacalao para mi molt bé. Salimos a 35 EUR p/p con vino incluido (Palacio de Bornos a 17 EUR) eso si, sin cafe ni postres. Repetiré.

Pequeño comedor algo apretado (unas 6 mesas), con otro comedor en el piso superior. La decoración resulta algo recargada y el gusto, discutible, ya que las sillas "de época, pintadas de dorado", ligan poco con el moderno marmol oscuro de la pared. Los olores de la cocina invaden el comedor. El servicio me pareció atento y profesional. La carta de vinos, suficiente, aunque fuimos a pedir el único que no tenían. Pequeño aperitivo, muy correcto. La comida muy buena (bogavante con cous-cous, terrina de foie, dados de bacalao, todo excelente, y más flojo el "tataki" de atún). Los postres también muy buenos, aunque la cantidad algo escasa (tocinillo de cielo y cremoso de chocolate). Café con unos pequeños acompañamientos. El precio, unos 50 euros por persona sin vino, es caro. El vino también es caro, se exceden en los márgenes. No mantiene una correcta RCP. Creo que tiene demasiadas pretensiones y es poco adecuado para la zona.

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