Mítico mesón en Calatayud cargado de historia en pleno centro de la ciudad. Pedimos platos típicos como:

* Salteado de verduras de la huerta con ventresca de atún.

* Costillas de ternasco de Aragón a la brasa.

* Garbanzos con congrio a la bilbilitana.

* Vino D. O. Calatayud Baltasar Gracián - Garnacha.

Buena materia prima y precio correcto. Había menú degustación interesante a 15 € pero optamos por los platos típicos bilbilitanos.

Envuelto en una más que correcta ambientación y en pleno corazón bilbilitano encontramos el Mesón de la Dolores.

Buen ambiente y acertada decoración para una cocina aragonesa sin riesgos (ternasco bien elaborado) pero de RCP mejorable, precio excesivamente alto para este tipo de cocina.

Servicio a buen ritmo pero de mejorable atención. La carta de vinos es de tamaño medio con buena selección de la zona (aunque el LUG que tomamos resultó algo astringente),no obstante el servicio de vino y las copas no estuvo a la altura.

En definitiva, nos encontramos ante un local bien presentado pero con un enfoque de negocio que tiene bastantes puntos a pulir.

Bonito mesón en el centro de la ciudad, agradable, acogedor y con una decoración llena de "tipismo". El servicio es muy atento, profesional y cercano. La comida muy buena y bien elaborada (borrajas con almejas, micuit con unas confituras excelentes, magret y rodaballo. Postres caseros, aunque con un toque de modernidad que lejos de mejorarlos los descompensa algo (leche frita y torrijas de chocolate blanco). Así pues, en general, excelente, PERO... el pero es el vino. Para mi, el tema del vino es muy mejorable. No estuvo a la altura, a pesar de la voluntad de los camareros. Pregunté por algunos vinos de la zona y sólo supieron decirme que "está muy rico". Finalmente me decidí por uno que conocía por referencias y como dijo el camarero, estaba algo caliente, por lo que tuvimos que enfriarlo en cubitera. Lástima, porque todo lo demás está muy bien. Precio: unos 30-35 euros por persona, vino aparte (muy aparte).