Restaurante imprescindible en Zargoza. Todavía no muy conocido, pero sin duda esto cambiará. Sorprende gratamente la experiencia de la comida en él.
Carmen Arregui y su esposo Josechu Corella (formado con los grandes cocineros de España) han montado un local con muchisima clase y gusto. Comedor de 5 mesas, decoración minimalista en total blanco y un ambiente de privacidad muy conseguido. Puerta siempre cerrada, a la que hay que llamar y es entonces cuando descubres el restaurante. Obligada reserva.
Vajilla cuidada y servicio esmerado. La carta de vinos es aceptable, y estos están cuidados en bodega refrigerada. Muy buen servicio. Personalmente el Marques de Griñon Summa Varietalis me parece excelente en RCP.
La comida exquisita. Dos opciones a precio cerrado (48 Euros), menu degustación a mesa completa o elección de primero, segundo y postre. Agua, servicio de pan y café incluidos. A destacar sin duda el risotto y elesparrago verde con bogavante entre los primeros, sobresaliendo entre los segundos el solomillo y la merluza con tallarines de sepia. Los postres imaginativos y a la altura del resto, el dulce de leche, vino y chocolate exquisito.
Un 10 en Zaragoza.
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