Se trata, como su nombre indica de una casa de vinos, donde se prioriza, por encima de todo, el VINO. Disponen de una interesante carta de vinos suficientemente extensa en referencias, bien seleccionadas y a unos precios muy interesante. En cuanto a la comida, los quesos y embutidos así como los ahumados son de excelente calidad.
En nuestra última visita nos tomamos un Coma Vella 2005 a 21,00€, -más económico que en muchas tiendas-, para acompañar un surtido de ibéricos, unos puerros con alegrias, y un surtido de ahumados, todo excelente. Ademas, el servicio muy atento y una gran profesionalidad por parte de su dueño.
Otra visita a la Vinateria. Continúa el buen trato al vino y los buenos precios (Perinet a 20€, Malpaso a 16€), copas Spiegelau. La carta enópata ha mejorado mucho, o eso nos pareció. Esta vez nos prepararon una buena degustación de algunas de sus raciones: tigres, puerros marinados, croquetas de jamón, de queso, jijas, una tabla de quesos españoles (que estaban de lujo) y jamón ibérico.
Era martes por la noche y se fue llenando y llenando. No nos extraña; se come bien, el servicio es eficiente, la música de jazz estaba al volumen perfecto, el "pa amb tomàquet" es de verdad y no pagas un pastón. 26€ por persona sin poder tomar postre de lo llenos que estábamos, Malpaso incluído. Si le tenemos que poner alguna pega, serían los taburetes y que el espacio es un tanto apretujado, aunque no importa, si sabes a lo que vas, a tomar unas cuantas tapas de ración generosa y buen vino sin que te tomen el pelo.
Espero que dure muchos años más y su propietario se recupere de la jugarreta que le obligó a cerrar el añorado Viníssim.
No entiendo como nadie había puesto todavía esta bodeguita aquí. En un intercambio de mensajes con wanderer me habló de ella y me quise volver a pasar por allí de nuevo para confirmar que siguen en forma pese al cierre del "Viníssim" (en la misma calle y de los mismos propietarios). El local no es muy grande y me parece un pelín oscuro, la decoración es mínima y funcional por la evidente falta de espacio. Bastante concurrido, muchos turistas "rollo lonely planet", que tampoco montaban mucho follón. Carta de vinos un tanto clásica para ser un local especializado y poca oferta por copas, pero muy buen servicio: spiegelau, vacuvin, decantadores y temperatura perfecta. La comida se basa en tablas de quesos, embutidos y torrades, es decir, que no se trata de alta gastronomía, pero tampoco creo que sea eso lo que busquen. Lo aconsejaría para cena con amigos que no conozcan mucho Catalunya, por su ubicación y por lo tradicional de su carta. Además, si te toca invitar, te saldrá bastante económico.