Fuimos a cenar un lunes 26 de diciembre, fiesta, justo después de Navidad y aún así el restaurante registró más de media entrada.
El local es correcto, algo pequeño, de techos muy altos y plagado de fotografías de la dueña con todo tipo de famosos fundamentalmente nacionales. Las fotos le dan carácter pero también genera cierta sensación de excesivo protagonismo por parte de la propietaria.
Cenamos mi mujer y yo, y compartimos los tres platos.
De primero, un carpaccio de solomillo de ternera que estuvo muy bien, de segundo, un revuelto de papas paja con bacalao y langostinos que estuvo bien y para finalizar, un cochinillo asado que estuvo correcto.
De postre milhojas y tarta de café con tres trufas de chocolate. Mejor el segundo que el primero.
De beber agua y vino Juan Gil Crianza que estuvo muy bueno y servido a la temperatura correcta. Si bien, los precios de la extensa carta de vinos están excesivamente cargados.
Sí es cierto que las mesas del local están algo juntas. El servicio estuvo correcto en todo momento.
Recomendado por un compañero y de paso por la isla, fuimos dos, cenamos bien y el precio me pareció correcto. Claro que viniendo de BCN casi todo me parece bien de precio.
Un atún o yo diria parecido, buenisimo, de primero.
Dos pescados de la isla Sama y cherne si no recuerdo mal, correctos.
Vino CONTIEMPO SECO tambien canario, mejor de lo esperado. Del servicio del mismo, sin noticia.
Agua, cervezas de aperitivo, unos chupitos por invitación, el pan normalillo.
El ambiente con una ocupación al 20% muy sosegado, pero ciertamente las mesas estan juntas.
Seguro que hay mejores, pero en este no comeras mal.
Restaurante con mesas algo juntas y que al mediodía resulta bullicioso. Servicio muy atento, agradable. Carta con platos tradicionales peninsulares (castellana principalmente, incluidos asados), más que insulares, aunque no faltan platos de pescado incluyendo los de las islas (cherne, vieja, sama, etc). Sin detalles ni antes ni después de la comida.
Comida para uno.
Entrante: Ensalada de pimientos asados con ventresca y anchoas de Santoña. Muy rica y generosa.
Segundo: Un pescado de la isla a la plancha (pámpano) con unas verduritas (bien).
Postre: Milhojas con crema (bien la masa, pero la crema apelmazada).
Vino: Carta amplia con referencias a casi todas las D.O. con presencia de vinos de moda. Precios x2. Solo pedí una copa de malvasía D.O. Abona (3€). Observé un servicio del vino correcto al resto de las mesas, incluido decantadores.
Precio total: 45,05€ (inc. IVA) (solo con agua).
Todo un referente de la buena mesa en el centro de Santa Cruz. Los Cuatro Postes ha consagrado su hegemonía sobre el resto de restaurantes de la zona por el saber hacer de sus propietarios, los cuales nos presentan un servicio de trato y formas exquisitas, un local con una elegante y discreta decoración y, sobre todo, una carta de cocina regional castellana y de mercado, que, sin caer en innecesarias florituras creativas, nos brinda platos sin quitar ni ápice del íntrínseco sabor de su materia prima.
Como entrantes sería pecado no degustar el foie, algo divino, sin palabras, mejor probarlo. Como platos principales, el atún poco hecho sobre una base de vinagreta, el pámpano a la plancha o al horno, y el solomillo con foie están entre mis preferidos. No finalizar sin el postre magistral, delicioso y "autóctono" de Los Cuatro Postes, la tarta tres leches.
Bodega de altas referencias. Vajilla y copas a la altura. Tomamos un Aalto del 2002 totalmente recomendado.
Imprescindible reserva. Suele tener alta demanda entre semana a la hora del almuerzo. Lugar frecuentado por altos ejecutivos de la zona y gente bien, la cual quiere "darse un homenaje"