Al igual que la visita anterior, satisfacción plena

Nueva visita a este restaurante quedando totalmente satisfechos.
Como siempre nos recibe su propietaria Eva con su amabilidad natural que nos tiene acostumbrados, habiendo elegido el reservado privado para mayor intimidad puesto que eramos siete el número de comensales.
El local decorado con gusto, muy buena separación entre mesas con una presentación de las mismas más que notable, y bodega climatizada a vista del comensal.
Por recomendación nos decidimos probar el menú degustación compuesto de cinco entrantes para compartir y plato fuerte a elegir.
Los entrantes consistian en ajoarriero con pimiento rojo y dulce de kiwi; anchoas en aceite de oliva con tomate natural y confitura de tomate y pimiento; pulpo a la gallega con cachelos; ensalada de verduras variadas con frutos secos; sepia con salsa casera suave al roquefort. Todos los entrantes correctamente elaborados y presentación más que notable.
Como plato fuerte coincidimos todos en lomo alto de ternera, al gusto de cada uno y como acompañamiento patatas recien hechas y fuente de verderas servidos en fuente aparte. La carne resulto muy sabrosa y tierna.
Kico, el dueño y jefe de cocina fiel seguidor de uno de los grandes maestros, el cual no voy a decir su nombre por respeto a los demás, le da un excelente trato a las materias primas.
Para los postres quedaba poco espacio así que pedimos para compartir 2 raciones de tiramisu, 2 de tarta tres chocolates y 1 pastel de calabaza.
Al margen de martini, cocacola, cerveza a la entrada, tomamos una botella de vino Tarsus reserva 2001, con decantación incluida y copas para el vino correctas.
Finalización con cafés y previamente para los postres chupito de mistela invitación de la casa.
La bodega sin ser especialmente amplia, cubre sobradamente las espectativas y dispone de diversas DO y añadas con predominio de Rioja y Ribera del Duero, habiendo ampliado la carta de vinos valencianos.
El servicio profesional y muy amable.
Seguro repetiremos.