El sitio es una preciosidad, es un club deportivo y el restaurante es

El sitio es una preciosidad, es un club deportivo y el restaurante es una auténtica barraca valenciana, con los detalles de decoración cuidados lo que lo hace muy acogedor y rústico.El trato del servicio es correcto y cordial,familiar.
No es un sitio del estilo elegante pero la cocina es de una calidad inmejorable. La mejor carne al carbón la he comido allí, de buey (danesa)gustosa, en su punto y muy tierna. mi marido pidió arroz meloso con bogavante y también estaba exquisito.La pareja con la que íbamos pidieron una dorada a la sal al horno de leña que estaba muy jugosa y con buen punto de cocción.
De entrantes anchoas caseras, que aunque caras, vale la pena probarlas, al nivel de las de casa Guillermo, buñuelitos de bacalao buenísimos y crujientes, y foie trufado al oporto con trufas casero.

La bodega es un poco clásica pero están ofreciendo las novedades de los vinos valencianos para darlos a conocer. Aún así, la carta es extensa y la bodega con la temperatura adecuada.Vajilla y cristalería también correctas.

Hay algo en el ambiente que al final de la comida te hace sentir a gusto y hay vínculo emocional con el sitio lo que hace pensar...Volveré.
Ideal para ir con niños si hace buen tiempo por su terraza, parque infantil y gallinero. Intentar evitar los festivos y domingos, como en todas partes nunca el servicio puede ser el mismo.Recomiendo más los sábados y días laborables.

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