La verdad es que habia leido de todo sobre Juan Mari y su famoso restaurante Arzak, por lo que decidimos ir a ver que habia de verdad y que no, de todo lo leido.
Nada más entrar nos atendieron amablemente en el saloncito que tienen en la entrada, ofreciendonos una copa de vino, cava... elegimos cava y nos sirvieron un Torello que lo tenian como cava de la casa. Cava fresco y correcto.
Pasamos al comedor donde amablemente nos atendio primero Mariano el sumiller y Kontxi, la jefa de sala, explicando todos y cada uno de los platos de la carta y ofreciendonos alternativas de garantia, en caso de que algun ingrediente no nos gustara como fue el caso.
Mariano nos pregunto si queriamos ir cambiando de vino con los platos o si preferiamos una botella de alguno en concreto. Le comentamos que para los primeros preferiamos alguna copa de blanco y despues una botella de buen tinto que fuera bien con lo pedido.
Nos saco un verdejo Naiades en copa y una botella de Pago de Ina Vendimia Seleccionada 2008 en botella, el cual nos decanto y nos dio a probar de forma correcta.
Despues fueron llegando poco a poco los platos y a cada cual mas bueno, destacando un huevo escalfado a baja temperatura con trufa y un crujiente de algas griegas (creo recordar). El pescado nos lo sirvieron en un plato totalmente transparente y con una mini pantalla de tv por debajo, en la que se veia y oia como el mar rompia en los acantilados...
Entre platos aparecian tanto Juan Mari como Elena, preguntando si eran de nuestro agrado y gusto los platos y comentamos con ellos algunas dudas que teniamos de los ingredientes de los platos. Muy amables ambos.
La carne de pichon del final y la carne de buey fue el colofon a una maravillosa cena que con el Pago de Ina que estaba fantastico, maridaba a la perfeccion.
Para terminar llegaron los postres y tambien fueron espectaculares, los cuales acompañamos con un champagne Piper-Heidsieck y con un PX Noe recomendado por Mariano poco despues, que termino por dejarme maravillado.
Tuvimos el gusto de hablar tambien con Adolfo, el otro jefe de sala y la verdad es que tanto el gusto como el trato fue realmente exquisito por parte de todos.
Cierto que no tiene un entorno con jardines y flores pero creo que ni falta que le hace. Repetire sin duda!