Ubicado en la bella localidad de Castrillo de los Polvazares, considerada conjunto histórico-artístico, nos encontramos entre otras interesantes opciones con este Hotel-Restaurante.Nuestra idea no era otra que degustar el "Cocido Maragato" y así lo hicimos;
Arrancamos con bandeja de carnes diversas todas ellas perfectamente elaboradas; gallina, chorizo, tocino, panceta, ternera, manitas, orejas, careta y morro. Cerca de esta bandeja, nos colocaron otra de menor tamaño, con unos tomates en rodajas regados con Aove.
Después de este energético arranque, critico para las calendas de Agosto, vino el equilibrio gracias a una esplendida bandeja de garbanzos de mediano tamaño y excelentes en textura y sabor, apoyado por unas berzas. A esta altura del plato, uno ya va tanteando la lógica del mismo y agradeciendo a nivel psicológico el orden de consumo, pues la euforia inicial es refrenada por tal cantidad y variedad de carnes, necesitando por lógica un escalón menor para seguir en la mesa, asunto perfectamente conseguido con esta segunda bandeja.
El tercer escalón de este grato cocido fue la sopa con fideos, logico final para el "maragato" y a estas alturas perfectamente comprensible para mi; a mi mujer le gusto, pero yo la encontré un poco desalmada, quizá un poco descolgada de tanta potencia anterior.
El vino que tomamos fue el "Peique Tinto joven" que acompaño muy bien toda la comida y nos sirvió para dar la bienvenida a unas vacaciones regadas con mencia.