Cena navideña

Tercera visita a este restaurante. Nos tentó el menú sensaciones a 34 € pero finalmente optamos por comer a la carta, nos liamos la manta a la cabeza y que viva la navidad. El sitio es confortable y atractivo, como en todos sitios en esta fecha demasiada gente, pero el espacio entre mesas era correcto. Cartas nuevas y muy sugerentes, oferta sensata y un tanto conservadora, en tiempos de crisis la gente se pone seria. Disfrutamos mucho con las anémonas en témpura y el tataki de ventresca de atún. Pedimos las kokotxas a las cuales somos adictos y nos decepcionaron un poco ese día. Las mollejas con crema de castañas deliciosas. El plato de setas con trufa y huevo bueno. Los seis pedimos carne, disfrute con la carrillera y probé el solomillo de esla de mi pareja y me pareció exquisito, eso si un poco frió el plato. Terminamos con quesos para apurar la tercera botella de finca terrerazo. Las copas mejorables. El carro de aceites mejora con al pan recién horneado. Tomamos gin tonic y salimos a 58 euros. Si lo pides, el restaurante te paga el taxi de regreso a casa, es una buena idea. Volveremos pronto pero con el menú de 34.