Hacía un día precioso y teníamos una comida pendiente con unos amigos, así que decidimos llegarnos hasta el Villa Mas.
Aparte de lo comentado en anteriores comentarios resaltar:
-Aparte cayeron cuatro GT’s variados de los que no sé el precio, ya que pagaron nuestros amigos.
-Aunque no os lo creáis últimamente he aprendido bastante de vinos así que después de repasar la interminable lista de tintos de Borgoña sin acabar de decidirme, llamé al camarero y le pregunté directamente por los más baratos, muy amablemente me indicó dos referencias que curiosamente tenían el mismo precio y entonces siguiendo el consejo de mis amigos veremeros, me puse en sus manos, y le dije que de esos dos referencias nos sorprendiera eligiendo él mismo el que considerara más adecuado.
-Cuando me lo dió a probar y me pregunto qué me parecía, siguiendo los consejos de un cefalópodo amigo mío de dije muy serio, “interesante, un vino muy interesante” con eso el camarero quedó convencido de que estaba ante un autentico entendido.
Bonito local que ocupa un pequeño palacete situado en primera línea de playa, presidido por una preciosa y acogedora terraza y con un comedor interior pequeño y algo oscuro (estuvimos por la noche), decorado en un estilo decadente, que nos trasporta a un ambiente de la Riviera francesa en los años 50, con unos carteles y una música de fondo acordes. Se crea una atmósfera especial. Mesas bien separadas y sensación de tranquilidad.
La cocina se basa en algo tan sencillo pero a la vez tan complicado como es el producto. Tanto los pescados como los mariscos y las verduras son de primer nivel y están elaborados con esmero y respetando su calidad y sus características, sacando lo máximo posible de cada uno. Carlos Orta no es solo una enciclopedia en el vino de Borgoña sino que también es un perfecto conocedor del producto de la zona y así nos lo demostró durante la cena, en la que nos improvisó un excelente menú degustación (50€) con unas croquetas de rostit, sardinas marinadas sobre patata confitada, ensalada de habas tiernas con jamón, gamba roja de Palamós en dos preparaciones, cabracho y mero a la brasa y un mar y montaña consistente en un pie de cerdo con espardeña, coronados por dos postres como la leche frita y los canutillos de hojaldre. Lo cierto es que fue un menú extraordinario, donde un producto de altos vuelos resultó protagonista, en especial los pescados y la gamba, realmente espectaculares, además de esa interpretación del tradicional mar y montaña que resultó soberbia por su originalidad y calidad en la ejecución, incluso los postres nos parecieron más que destacables. En Villa Mas no solo se bebe de maravilla, sino que se come francamente bien.
Pero si este restaurante es conocido, en especial en los círculos vinícolas más radicales, es por su impresionante carta de vinos, en especial de vinos de Borgoña, algo realmente increíble. Imagínense, los mejores productores tanto de tintos como de blancos, varios viñedos de cada uno de distintas categorías y varias añadas, se puede elegir más de una añada de varios vinos y lo mejor de todo, precios más que ajustados, en muchos casos similares o incluso más baratos que en tienda, una de esas cartas que incitan a cometer locuras. Tras todo esto se encuentra la figura de Carlos, uno de los mayores conocedores de la Borgoña que hay en España y al que da gusto escuchar cuando habla de una zona que pocos secretos tiene para él, sin duda uno de los grandes profesionales del país. También hay vinos nacionales, algo de Champagne, vinos del cercano Roussillon, algo de Italia, en fin, que la carta es completa pero venir aquí y no pedir un Borgoña es lo mismo que no venir aquí. Los vinos están bien tratados, servidos en su temperatura y en una cristalería de calidad, por lo que estamos hablando de un paraíso para el amante de los vinos sin ningún género de duda. El servicio profesional y trabajador, sin problemas de ningún tipo y siempre con amabilidad y buen humor, tanto el sumiller como los camareros estuvieron perfectos en su trabajo.
Teníamos muchas ganas de acudir a este restaurante y lo cierto es que las expectativas fueron totalmente colmadas, porque si bien la parte de los vinos se encontraba a la altura esperada, lo cierto es que la parte de la cocina nos sorprendió por su excelente calidad, pues no solo nos pareció basada en un producto inmejorable sino que además estaba perfectamente tratado, preparado respetando todas sus características y potenciando todo su sabor, una cena de alto nivel regada con una serie de vinos extraordinarios, todo bajo la batuta de uno de esos personajes que hay que conocer, un restaurante más que recomendable y al que volveremos todas las veces que podamos, que por desgracia van a ser menos de las que queramos. ¡Un grande!
Si desean ver una explicación más detallada de lo comido y bebido les remitimos a la entrada del blog:
https://www.verema.com/blog/eugenio/968264-gran-fiesta-sentidos-villa-mas-korpilombolo-ii
Aunque tenía pendiente una visita desde hace tiempo, a raíz de la escapada que con nocturnidad y alevosía realizaron unos amigos al Villa Más, el pasado viernes nos decidimos a visitar esta isla de la Bourgogne en S’Agaró.
Soleado día aunque con algo de viento, comimos al aire libre el menú de mediodía, y nos sumergimos en esa fantástica carta de vinos con páginas y páginas dedicadas a la Borgoña.
De comer, comimos un milhojas de patata y botifarra del perol, presentado tibio
Y para finalizar un tataki de ternera acompañado de puré de patata y rúcula
De postre, creo que fue una especie de mousse de chocolate y... no recuerdo lo que tomé yo.
Buen café
Comida más que correcta.
Lo que bebimos, que a eso fuimos:
Chassagne Montrachet Tête du Clos 2007
Gevrey Chambertin Vieilles Vignes 2006
El precio lo pongo sin vino
Restaurante que tenía muchas de visitar por las numerosas alabanzas de algunos amigos y del que salimos muy satisfechos por lo disfrutado y felices de haberlo conocido.Aprovechamos el día previo a la visita al Celler y tras algunas vueltas para esquivar las celebraciones de carnaval,conseguimos llegar a S,Agaró a las 22,30h no pudiendo apreciar el enclave del local frente a la playa.
La primera impresión de la sala,con una amplia barra central a cuyos lados y frente a la cual se distribuyen las sencillas,aunque bien separadas y preparadas mesas,fué de ambiente íntimo,con poca luz para mi gusto pero con cierto encanto retro-vintage tipo Corfú...Años 80.
Ya en mesa,nos pusimos en manos de Carlos y Marcelo para que nos dieran de comer...y de beber.
Cocina de mercado muy bien elaborada,producto de gran calidad con acento regional,lástima que este día no había gambas de Palamós aunque disfrutamos mucho con:
Croquetas de rostit,calamares de playa a la plancha y con alcachofas,Espardenyes,ventresca de lubina plancha,spaguetti trufado con huevo soufflé,canutillos de chocolate y crema...creo que olvido algún plato...Maldita memoria!
La cena estuvo a muy buen nivel,la ateción y el servicio excelentes y lo que hace de este restaurante un lugar especial como Bodega Cigaleña ó El Celler, es "El Alma" de su chef y propietario Carlos Orta,la pasión con la que desarrolla su trabajo,el amor que profesa al mundo del vino y la gastronomía,y la estratosférica carta de vinos que pone a disposición del cliente,fruto de mucho esfuerzo,muchos viajes y años de trabajo a unos precios inimaginables,por lo que Villa-Mas es un auténtico santuario de obligada visita para enochalados.
Para beber... Vin de Pays D,Herault Mas Jullien 2000 (Gracias Alex-Polen),Chambolle-Musigny "Les Amoureuses" Comte de Vogue 1986 y Volnay "Clos Des Chenes" Michel Lafargue 2006.
Gracias a todo el equipo por una gran noche.
P.D.Precio sin vino
Hace mucho que no venía, salvo al copeo jeje, y siempre había sido para comer.
Viernes noche de agosto. 2 pax.
Llegamos sobre las 22:15h y nos toca mesa en la acera. Bueno, no es lo que quería pero nos habían avisado que las mesas siguen el criterio de "first come, first serve", así que sin quejas.
De entrantes compartimos un tartar de atún con base de aguacate (muy bueno), junto con un milhojas de foie (normal, bien presentado pero aquí no se puede inventar nada nuevo tampoco).
De segundo atacamos uno de los platos de la casa y que creo que lleva en carta muchísimo tiempo: Un chateaubriand (para 2 pax). A ver... yo venía un poco encaprichado por este plato ya que lo tomé aquí para comer hará unos cuatro años y estaba de muerte. Esta vez estaba bueno, pero no se si las expectativas o qué (amén de que la cantidad era ostensiblemente menor que lo que recordaba), pero no me llegó a lo que esperaba, por muy bueno que estuviese.
Sin postres, dos cafés y dos cortados, más dos cervezas, y un par de Gin tonics (€10/ud).
De beber, (Carta espectacular) pedimos recomendación para un Borgoña blanco (tienen sommerlier, no se desde cuándo), y acabamos con Paul Chapelle & fils Puligny-Montrachet 2004. La verdad que mi primer borgoña blanco y lo encontré diferente, me gustó mucho. Desconozco su RCP (€35). El servicio en general muy bien. Tienen mucho personal que se muestran interesados y atentos.
En concreto, el servicio del vino, no como esperaba. Nos fueron sirviendo de vez en cuando las copas, más al principio, menos al final, pero éstas eran las mismas que las de agua. Observé que en otra mesa era lo mismo, pero no en las otras. Preferí callar y seguir con lo que tenía, pero para mí es un fallo gordo para lo que aquí pagas .
Me gustó, pero menos que las otras veces. Creo que prefiero ir a las copas o a comer, y en todo caso, que no sea en julio/agosto.
en general es correcto y se nota que se preocupan del cliente. en ocasiones ha salido el chef para interesarse sobre unas gambas plancha, etc. el arroz bueno, buena carta de vinos y bien situado. es mejor acudir en momentos de temporada media-baja, ya que se nota mejoria en general (no van colapsados..)Buena actitud . y la actitud lo es casi todo...
Restaurante muy bueno con una carta muy equilibrada y para los amantes del vino... como yo... por esto me he apuntado a este foro, pues aquí se puede beber buenos caldos tanto nacionales como internacionales.
Felicidades y adelante... volveré!
Siguiendo las recomendaciones de este foro y estando unos días en San Feliu de Guixols, me acerqué a esta bella torre de la playa de San Pol en S'Agaro. Vistas y tranquilidad fantástica, nos aconsejaron muy bien con la carta, magnífica carta de vinos, yo no había visto una como esa tan detallada, con tantos vinos de bourgogne. Realmente excepcional. Una buena cocina de mercado con toques muy modernos y fantásticos. Realmente disfrutamos mucho.
El paraiso de la borgoña en el corazon de la cataloña.
Un paraiso ademas asequible en cuanto a precios.
La carta de vinos, increible, mas que un sueño.
La comida, sencilla pero a base de productos de alta qualidad. Todo eso convierte este lugar en un paraiso gastronomico.
para los que entienden frances : http://gastronomique.canalblog.com/archives/2009/08/23/14486821.html
El precio por persona (4) incluye las tres botellas catadas : Chablis de Dauvissat, Meursault de Coche Dury y Volnay des Contes Lafont.
vinos de borgoña Restaurante Villa Mas
Restaurante Villa Mas
Langostinos Restaurante Villa Mas
El jefe carlos. Restaurante Villa Mas
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