Lo probé por la noche y por tanto con una perspectiva diferente. Optamos por cenar a base de entradas... todas correctas, especialmente atractivo un sepionet en su tinta con habitas y las papas caseras (sacadas, eso sí, a destiempo, ya al final de la cena). Un poco soso el esgarraet (al desalar el bacalao pasan estas cosas). El resto de los platos correctos. Carta de vino cortita pero con una cierta variedad. Las copas ni fu ni fa, demasiado pequeñas. Prácticamente no hay servicio del vino. A petición nos sacaron una cubitera para mantener frío el vino que pedimos. El servicio es simpático y esforzado. Salimos (sin postres y con vino) a unos 15€ por persona. Buena RCP. Tal vez lo intente con esos arroces de medio día...

Recomiendo ir a este restaurante,especialmente para degustar un arroz al horno exquisito,al igual que sus postres. El tocino de cielo y la tarta de chocolate están de miedo!El servicio es muy atento y el entorno es muy agradable.

He ido varias veces, nunca me ha defraudado, tal vez lo unico que no me guste es cuando me hacen pasar al interior zona izquierda, es la zona menos comoda.Siempre voy alli atraido por su arroz al horno, lo preparan en cazuela de barro y hasta un maximo de 4, sus entradas y tienen muchas son variadas y muy acertadas, en especial las cigalitas con puerros y piñones, no defrauda, la gente que te sirve se lo hace con amabilidad en especial ese argentino bonachon que suele estar alli, los postres caseros y el vino con alguna exquisitez, pero a un precio mas que sugerente, hace que sea un lugar muy recomendable para comer o cenar, sobre todo por que esta entre el transito de Juan LLorens y Abastos.