Buen faisán.

Restaurante tradicional en Barrio de Salamanca.

El local es pequeño, de corte intimista, decorado muy clásico y recargado. Esto, junto a la disposición de las mesas propicia que el ambiente sea cálido pero un poco claustrofóbico.
Bien equipado en cuanto a vajilla, cristalería, cubertería, mantelería… Intachable en este aspecto.

Se trataba de una cena de grupo y nos ubicaron en un acogedor reservado que se nos quedó pequeño por lo que tuvimos que sufrir bastantes incomodidades con el paso de los camareros que no podían evitar molestarnos en sus idas y venidas.

Alta cocina vasco-navarra.
Amplia y variada carta, de la que me llamó la atención el apartado de aves: pichón, pato en varias elaboraciones, faisán, picantón...

Pedimos una selección de entrantes de primero, que nos sirvieron emplatados y que consistieron en Alcachofas rellenas de foie, Patata rebozada rellena (creo que de trufa) y Salmón relleno de marisco. Mal concebida esta alianza pues pecó de excesiva uniformidad, muy plana, los tres muy similares en textura, cocción…. Faltó algo que les diera chispa y vida.

De principal yo tomé un Faisán a las uvas que, si bien mantenía también el tono monocromático de los entrantes citados, estaba realmente delicioso. Desmigado y ligado con una fina crema de uvas, tenía el acertado contrapunto de un puré de mandarinas que le otorgaba alegría. Una acertada conjunción.

Crêpes suzette fue mi elección para el postre. Preparadas como dictan los cánones, en mi presencia, estaban excesivamente alcohólicas.

El servicio, aunque formado y elegante, no estuvo a la altura esta vez, imagino que por el lleno del que disfrutaba el local y por el exceso de comensales en el reservado, que como comentábamos les dificultaba enormemente su labor. Atropellados pero muy lentos, y con detalles como darles a probar el Steak tartare a aquellos que lo pidieron y cuando iban a sugerir que se lo aderezaran con más fuerza…ya se lo había servido... (¿para qué se lo dejan catar entonces?).

Buena carta de vinos, bien dimensionada y abarcando múltiples referencias de diferentes zonas.
Comenzamos con Rioja Bordón, pasamos a Valtosca y finalizamos con Pago de los Capellanes, no recuerdo las añadas. Muy correcto el trato de los mismos.

En cuanto a la relación calidad-precio… floja, caro a mi juicio y a la vista de lo expuesto.

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