Restaurante La Bodeguita de María en Valencia
Restaurante La Bodeguita de María
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
27,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.4
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Chuletón de mamet
Tomate valenciano con mojama y ventresca de atún
Calamar plancha
Atún fresco con ensalada de crudités y salsa Teriyaki
Quisquilla de Santa Pola
Gin tonic Citadelle&fever tree .
Royal de foie .
Tiramisu .
Opiniones de La Bodeguita de María
OPINIONES
33

Un local que permite en un salón, con entrada independiente, ubicar grupos sin molestar a otros comedores del local siempre tiene atractivo.

Menú pactado y por tanto con las restricciones propias. Un aperitivo previo con jamón serrano correcto cortado a máquina, queso aceptable, papas, croquetas de jamón, aceitunas rellenas con las consiguientes cervezas, aguas y coca colas. Seguimos con servicio ya individual con:

. ensalada de tomate, ventresca y cebolla: buenos productos con un tomate maduro y carnoso que no suele ser habitual.

. bacalao con setas: punto de bacalao muy poco hecho:, de nuevo a destacar la calidad de producto

. carrillera guisada: melosa, sabrosa.

. fruta cortada: melon, kiwi, sandia, piña madura, cerezas.

Un buen pan. Vino blanco Azoe y tinto Megala 2012 más agua Montepinos con servicio correcto, a buena temperatura y sin regatear cantidad.

Unos cafés finales sin extras. Un rato de planificar futuros eventos y a dormir.

Una cocina sencilla sin complicaciones ni lujosos emplatados en vajillas sofisticadas, basada en buen producto que se cocina en su punto. No enamora, pero cumple.

Local ya descrito sin cambios en el mismo ni en la carta de comidas y de vinos.

Trece para cenar que van llegando paultainamente. Mientras tanto unas papas, agua Monte Pinos, unas cervezas, buen pan y mejor aceite Elixir LXR. Vino elegido: Pago de Capellanes 2013.

Compartimos:
. tataki de atun y 3 texturas de tomate: plato sabroso, amplio, bien hecho. Muy recomendable.
. entremeses valencianos: sandwich de pan de pimiento rojo y esgarrae, lástima del pan que estropeó la apuesta. Hojaldre con garrofon y algo ahumado que no encontré respuesta, pero que estaba bueno. Buñuelo de bacalao correcto
. pulpo con espuma de alioli y pimentón con patata en puré. Bueno.
. tatín de manzana coon foie. No me gustó.
. solomillo al foie con patatas fritas a gajos. Mucho foie seguido
. sorbete de mango con toque de ron: bien hecho.
. buenos cafés

Nada más especial que resaltar.

Un lugar en el que sin destacar en nada, cumple bien en todo. La parte de pequeños comedores privados da un aliciente extra.

El aceite Olixir LXR con su punto amargo carcateristico de la casa, un buen pan, unas cervezas de aperitivo y un fino Quinta bien servido. El vino elegido fue Viñas de Calles 2013 crianza que cumplió. El agua Monte Pinos.

Para comer y compartido al centro:
. huevos rotos, chanquetes y trufa: un plato fácil pero que consiguió estar rico, buen punto del huevo frito, trufa escasa y bien los chanquetes
. atun marinado con una mousse de piparras: un toque distintivo sobre un buen atun marinado
. tartar de sardina ahumada con aguacate y taperas y espuma de queso: también bien resuelto, buen sabor.

Principal: a elegir entre los 9 comensales:
. chuleton a la brasa para 4: buena pieza de carne, buen punto de fuego que mantiene caliente la carne
. atun a la brasa: ventresca propia de sitios de brasas clásicos. Correcta sin más.
. cordero al horno: bien hecho según referido
. bacalao: referido como bien.
En el apartado de comida me pareció destacable esta vez la carne.

Postre: hubo unanimidad a pesar de varias ofertas: sorbete de mango que estaba recomendable.

Algunos cafés y también infusiones. Rato de charla y cerramos la cena.

Aunque solo eramos cinco comensales, nos permitieron poder estar en el mismo y tener como siempre una conversación mucho más cómoda y privada. Inconveniente que hubo que levantarse una vez para pedir una botella de vino porque no nos veían. Pero merece mucho la pena.

Cortesía de la casa: crema de calabacín en vasito. Muy buena textura y sabor. Calentando que viene curvas.

Elegimos de entrantes:
. anchoas: de gran tamaño, bien desespinadas y buen aceite para mojar. Muy recomendables.
. jamón, amplia ración paretida en dos platos para mejor acomodo. Buen jamón con pan tostado y casi de cristal.
. setas (níscalos) salteadas. Correctas.
. pulpo: una gran pata de pulpo, asada. Espectacular de textura y muy buen sabor y presentación.

Princpal:
. 4 optaron por denton salvaje en salsa de ñóras, alcachofas de temporada y patata confitada. Buena ración, pescado perfecto.
. en mi caso me fui por el chuleton de carne del valle de Esla. Ya deshuesado y loncheado, muy bien de punto, algo frío y sin plato que le aguanatar temperatura, buenas patatas fritas y algun pimiento. Calidad de la carne, muy buena.

Postre que se probaron:
. fruta: bien sin nada especial.
. castaña helada de mora: contundente y sabrosa.
. brownie muy bueno y recomendable
. cremoso de queso: prescindible
. torrija: disparidad de opiniones

Para beber, agua de Montepinos aparte y aceite LXR con un pan correcto:
. Pago de Tharsys vendimia nocturna 2014: afrutado, punto algo más dulce de lo que se espera de un albariño.
. San Roman 2011: goloso, con buen cuerpo.
. Malleolus 2011: muy equilibrado y goloso.
. moscatel de Vegamar casi blanco, casi imperceptible dulzor.
. unos buenos cafés con hielo para rebajar los calores de los tintos.

Sensaciones mucho mejores de la súltimas visitas. Quizás elegir y elegir mejor o quizás la compañía.

Pues eso, que cita de nuevo por tema de trabajo y el reservado para máximo 10 que hay al lado de la barra de la entrada es ideal para reuniones de pequeño grupo. Al final se quedó en 6 asistentes a comer.

Buen servicio en sala, facilidades de todo tipo. Planteamiento de elegir entrantes para el grupo y luego un segundo y un postre entre dos opciones.

Arrancamos con un fino (traido servido y por tanto desconocido), coca-colas, agua sin gas Monte Pinos. Una cesta de pan en rebanas aceptables y buenas rosquilletas. Buen aceite en la mesa Oilxir LXR de bonito color verde limon. Unas papas y unas aceitunas al centro a la espera de la llegada de todos, por cortesía de la casa.

Entrantes a compartir:
. cintas de sepia salteadas con habitas baby y crujiente de jamón. Una forma de dar salida a los laterales de la sepia de forma lustrosa.
. chanquetes rebozados con huevo y trufa blanca rayada: muy agradable, pobre en trufa. Versión de huevos rotos con ese pescadito tan antiguo como interesante. Mejor.
. pulpo cocido braseado en parrilla acompañado de patata cocida con un toque de ajo-aceite y emulsión de pimentón. Lo mejor.

Principales: muchas opciones. Partimos pez mantequilla para chicas y entrecotte para chicos. Curioso.
El pescado bien por referencias. La carne nivel medio alto, acompañada de patatas fritas a gajos muy buenas.

Postres: dos opciones. sorbete de mango: sin más.
. Coulant: perfectamente ejecutado y bien acompañado de helado como contra punto.

Bebida:
Añadir a lo descrito un Verdejo (Cyatho) 2014, bien servido y a petición una copa de tinto desconocido por venir servido (como el fino de entrada) y tampoco era cuestión de hacer una cata ciega. Por ello la baja puntuación en el vino a pesar del buen servicio en la comida.
Unos cafés, buenos, y nada más ni pedido ni ofrecido.

Pues al otro lado de la entrada existe un reservado para más gente donde cabe una mesa larga (unos 20) y otra redonda (6-7) con tele y posible conexión informática. Buen sitio para grupos medios.

Local ya descrito. Menú pactado y cerrado con solo posibilidad de elegir 2º plato y postre entre varias opciones.

Al inicio una cesta de pan y rosquilletas y un buen aceite Oilixir LXR cargado de amargos finales (para adictos). Agua Monte Pinos, alguna cerveza y un fino traído ya en la copa y sin saber su nombre ya sé que es incómodo traer la botella y servirlo en la mesa, pero es que es tan básico… solo sabía que era una reciente adquisición y la verdad es que estaba bueno.

Entrantes al centro:
. quisquilla tamaño medio, bien de cocción y jocosas
. steak tartar de pato y de micuit de pato: curioso, muy bueno, la carne merecía un troceado más fino y algo más de especias, pero aun así, merece la pena.
. chanquetes (aladroc) cocidos con huevos rotos y trufa: la trufa se le supone pero el conjunto muy correcto

De segundos muchas opciones, pero solo comentaré las probadas:
. atún rojo casi sin tocar plancha: estaba seco lo que me temo tienen más que ver con la descongelación.
. All cremat: un guiso con "mero negro" con una gamba roja tamaño medio encima de decoración: el pescado a pesar de ser guisado y con salsa también quedaba poco jugosa la carne y eso que estaba muy poco hecho. Cumple como curiosidad y punto.

Postre:
. coulant de chocolate y helado de turrón: lo mejor de la comida, tanto el coulant perfecto de punto como el helado de turrón muy cremoso.

Para beber, además de las entradas, un blanco verdejo Cyatho y un tinto de Ribera, Lambuena crianza 2011 traído con las botellas descorchadas (el blanco, no) ¿?.

Buenos cafés y buena cadencia en el servicio.

Un local que permite hacer cena para 8 en un reservado estando amplios, cómodos y bien servidos hacen un entorno muy bueno para una cena.

Compartimos en el centro un buen pan con aceite de Vegamar y unas cervezas Alhambra, incluso agua Monte Pinos. Completamos en el tema líquido con un muy buen blanco Hermanos Lurton y de dos botellas un gran tinto Tres Picos 2011, gran acierto ambos.

Compartimos en el centro:
. pan con tomate y jamón. Algo muy sencillo pero siempre exitoso.
. pulpo a la brasa. Una buena pata de pulpo que queda algo más blanda de lo que piensas pero manteniendo una textura agradable
. huevo con chanquetes y trufa. Version de huevos rotos; algo muy socorrido pero que bien hecho alcanza grandes cuotas.

De principales:
. Chuletón de Angus para 5. Muy buena carne, en su punto, con un grosor y sal perfecto.
. Rodaballo para 3. Por referencias bueno, aunque volvería a comer carne.

Postres varios de entre loos que destacaría la castaña de mora: muy buena

Cafés sin extras (chupitos..) ni petits fours.

Cocina de producto, bien realizada, con planteamientos sencillos y bien resuelta.

Con motivo de la cata de la Peña La Verema acudimos a cenar a este restaurante de la zona de Aragón. La fama le precede, sobre todo por la calidad de su materia prima, así que las expectativas eran bastante altas.
Me gustó el local, con reservados que permiten intimidad y capacidad de organizar cenas con un número de comensales bastante amplio. Atmósfera cálida y trato acorde al local que te hace sentir como en casa. Me gusta la iluminación tenue de la entrada, mientras que en las salas la luz es muy clara y más que suficiente.

Cocina de mercado basada en la buena calidad del producto y un mínimo de intervención. El menú, pactado de antemano, se abre con una serie de entrantes al centro de mesa. Tomate valenciano con mojama y ventresca de atún, todo queda dicho, buen producto, aceite de calidad y poco más. Quisquillas de Santa Pola, excelente la calidad y el calibre de la quisquilla, decápodo algo olvidado por la omnipresente gamba. Hacía tiempo que no me comía una quisquilla de esta calidad. Seguimos con el calamar fresco de playa a la parrilla con cebolla escabechada, y volvemos a centrarnos en un producto fresco en el que apenas se le da un golpe de calor con el fondo del braseado.

El plato de pescado vino en forma de un atún en salsa teriyaki con una pequeña ensalada. Empieza a cansarme esta salsa, sobre todo porque creo que puede ser una herramienta para enmascarar la calidad del pescado… Siempre nos quedará la textura, pero ya no me huele nada bien esta técnica medio japo. En este caso, por suerte, la textura era perfecta, y esto ya es difícil de conseguir en un atún que no sea fresco. Me gustó pese a la predisposición que tengo ante esta salsa, eso sí, hay que cambiar el plato, que rojo sobre rojo no queda bien ;-)
De carne vieron unas delgadas cortadas de chuletón de mamet, bien de sabor y textura, aunque les faltaba algo de punch… Correcto sin más. Tampoco me gustó mucho la presentación, algo que tienen que cuidar en este restaurante pues está claro que no es algo definitivo, pero todo suma.

El postre fue una pequeña degustación de los postres de la casa de lo que apenas comí, así que no opino.

La carta de vinos es interesante, con una buena selección de vinos valencianos, precios correctos y servicio atento y eficiente.
El precio es del menú, los vinos aparte.

Aprovechamos para probar este restaurante tras una obra de teatro en la sala Flumen, porque se encuentra un poco alejado de las típicas zonas de ocio.
Habíamos reservado mesa para cenar un sábado noche, pero aunque el local no es muy grande, quedaban mesas libres. Calculo que habrán unas 10 ó 12 mesas curiosamente de varias formas y tamaños: cuadradas, redondas y rectangulares para todos los gustos y necesidades.
El local es muy acogedor y esa noche estaba muy tranquilo. Está decorado con un bonito estilo rústico y una luz tenue que consigue un ambiente muy cálido y agradable.
Con la primera cerveza nos sacaron unas papas para picar.
Después de leer la carta, no excesivamente amplia pero correcta, decidimos cenar de picoteo al centro con 4 platos:
- Carpaccio de magret de pato con vinagreta de mostaza de Dijon, muy bueno y bien presentado.
- Alcachofas confitadas con foie fresco, que estaban espectacularmente tiernas y sabrosas, pero 18 euros!
- Hojaldre de ajoarriero sobre confitura de melocotón y mango, muy original y rico.
- Calamar de playa a la plancha encebollado con escabeche y su meloso de arroz. Estaban buenos, pero comparado con le resto... lo dejaremos en correctos.
Además en la carta puedes encontrar pescados y mariscos, carnes, arroces y fideuás.
No tomamos vino, tomamos cerveza como la mayoría de las veces, por lo que no puedo valorar la carta de vinos.
De postre pedimos para compartir un mouse con texturas de mandarina que estaba sencillamente exquisito. El resto de postres también tenían buena pinta: leche frita, pastel de calabaza con chocolate, tiramisú...
Después de los cafés, mi marido se tomó un gin tonic con una ginebra valenciana llamada Ginself, servido en una enorme copa llena de hielo, corteza de naranja y chufas, impresionante y muy bueno! 
Yo tomé una copa de Moscatel fresco que entraba estupendamente.
El servicio es correcto y amable. Mantelería, vajilla y coperios correcto.
Nos gustó mucho el sitio y la calidad de la comida, platos muy ricos, bien elaborados y presentados, pero para estar ubicado fuera de zona de ocio, considero que algunos platos están un pelín pasados de precio. No obstante, volveremos cuando nos apetezca un sitio tranquilo y romántico.

Noche tranquila de fallas 3 mesitas de dos. Agradable velada con mi mujer en un lugar para disfrutar del sitio, de la comida y por supuesto de la compañia. Cocina elaborada y con mucho gusto, entrante para entender un poco cortos, alcachofas con foie y ensalada con queso de cabra, luego un solomillo y una corvina, todo muy bueno. SOBRE TODO EL GIN TONIC QUE NOS PREPARARON PARA ACABAR LA VELADA, POR CIERTO POR ESTAR EN FALLAS GINEBRA VALENCIANA CON CHUFAS, ETCCCCCCC, MUY BUENO.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar