Por lo visto en la carta y los comentarios aquí expuestos, sumados a la visita de hoy al restaurante, me atrevería a decir que es un sitio que, si se quiere disfrutar, mejor a mediodía. Porque es cierto que la carta parece subida de tono, pero el precio del menú (13€ entrante, principal, pan y postre) se me antoja más que correcto para la calidad que me han ofrecido hoy. Una buena calzone de jamón y berenjena y una encomiable carrillada de buey con puré de boletus y una especie de pesto, increíble casi por ese precio pese a que se encuentran mejores en Valencia por más dinero. El postre me ha encantado (un yogur de maracuyá y mango, si no me equivoco, con frutas del bosque y helado muy dulce), pero ciertamente recargado de sabores poco equilibrados. El gazpacho con frutos secos muy bueno pero sin novedad. Milhojas de foie con manzana granny smith y cecina buenísimo pero también sin novedad. Carta de vinos nada esplendorosa, pero servicio más que correcto, de vino y de todo (agradable, educado, y más o menos bien entrenado, segurísimo). Mantelería cumple justita, al igual que cristalería. Vajilla y cubertería bastante mejor pero sin alardes. A mediodía sigue siendo muy tranquilo aunque se aprecia que las mesas están demasiado juntas (pero no se llena ni de lejos, así que...) y ahora confirmo tras dos visitas: recomendable, la verdad. Volveré una tercera.

Coincido en la apreciación del ruido. Agradable "vestimenta" de la mesa (mantelería, servilletas), copas simplemente funcionales y bonita decoración en general del local. Carta de vinos con abundantes referencias, incluídas alguna de sudamérica. Buenos entrantes (cintas de sepia, queso de bufala), aunque raciones un poco cortas, y mejor entrecotte de novillo con un acompañamiento algo decepcionante. Buenos postres, pero al precio al que están se quedan muy escasos.
El servicio del vino es atento, pero el segundo que pedimos (Finca Antigua syrah, el primero fue Dominio de la peseta) fue traído a temperatura ambiente. El uso de un enfriador primero (no sirvió, si esperamos más nos lo bebemos con el café) y una cubitera de emergencia después terminó por estropearlo.
Controlando mucho tanto en entradas como en vino, 32 euros por persona.

A mediodía, menú por 12 euros más IVA y bebida. Fue ya hace tiempo, la verdad, pero recuerdo más o menos bien. El local me resultó agradable, correcto, cómodo. Una cosa bien. Recuerdo el carpaccio de buey como algo no original pero sí bastante bien resuelto. Y el haschis de carne, un cuenco lleno de carne picada muy condimentada y con verdurita picada recubierta por una superficie de... ¿patatas y queso? que llenaba como Dios y estaba realmente bueno. Quiero volver otro día, a ver qué me ofrecen ahora. En cuanto al vino, tomé cerveza, la verdad, pero por lo que pude ver de la carta y de las mesas vecinas, la cosa se llevaba bien. Recomiendo al menos probarlo.

Para mi gusto una de las mas jóvenes, frescas y atractivas propuestas de Valencia en la actualidad!
Interesantísimo y en un sintonía Calidad Precio, admirable!
Me encanta! Lo probé por primera vez hace mas o menos un año y en mi ultima visita si cabe a crecido, cuajado y mejorado! Por cierto ahora es toda la sala de fumadores.
Animo y mucha suerte!

Acudimos por la recomendación que efectúa la Turia y nos encontramos con un restaurante que debería estar fuera de mercado por la RCP y sin embargo estaba lleno. Se trata de un restaurante incómodo, donde la tranquilidad brilla por su ausencia. Se tiene la sensación de estar en el casino de tu pueblo, ya que la sonoridad es máxima.Menú degustación de 4 platos (dos entrantes, principal y postre) por 32,50 + IVA. Aquí mi sensación es que no se trata de un menú degustación, ya que las raciones son exactamente igual que los platos de la carta, lo cual resulta cargante. No tenían vinos que estaban en la carta y al final nos decidimos por un Traslanzas. Pedimos que lo decantaran y que por favor nos lo filtraran, dada la cantidad de sedimentos que tenía. Tuvieron que ir al restaurante de al lado para pedir un filtro. Total 100 euros. A estos precios la ciudad está llena de alternativas más interesantes. Huir.

Para empezar decir que se deben pulir muchos aspectos del local, como las copas y platos desportillados, las incómodas sillas, las servilletas de papel o las cartas remendadas con celofán. Detalles que en principio no ayudan a sentirse demasiado cómodo.
El local es agradable pero adolece de un grave problema de reverberación que hace que salgas un poco aturdido.
Carta de vinos extensa, bien elegida, armario de conservación y buenas copas.
La cocina es más bien argentina con algún toque de autor, buenas carnes para segundos y, olvidando una reinterpretación desastrosa de la patata brava, entrantes interesantes, destacando el milhojas de foie y las cintas de sepia.
Servicio correcto pero extremadamente lento, con cuatro mesas y dos cocineros esperamos alrededor de veinte minutos para empezar a cenar.

El restaurante no está mal y, quitando los postres y algunos desajustes en la carta de vinos, la RCP es correcta. De todos modos reitero: faltan muchas cosas por pulir si se quiere dar un servicio mínimo al comensal. Si de lo contrario la idea es más de asador argentino, conozco mejores opciones y a mejor precio.

Cocina creativa con guiños argentinos. Local agradable con servicio atento y amable. Tienen armario de vinos y buenas copas para servirlos.
Raciones cortitas en los entrantes. Los platos principales muy buenos: un magret con peras bastante logrado, y un entrecot de novillo argentino sencillamente maravilloso (coincido con el anterior opinante)
Con postre y café la cena para 2 costó unos 75 €. Nos pareció un pelín caro, dado que se pueden encontrar opciones mejores al mismo precio, pero no salimos disgustados en absoluto. Bien.

La mejor carne argentina que he probado. El servicio perfecto y el local precioso, si lo visitais prestad atencion a los cuadros. Rufo, es el mejor atendiendo a los clientes. Si quereis un consejo id a cenar, seguro que tendreis una buena experiencia. Ya me contais.