Una cena con tintes de homenaje a un amigo, hizo que nos reunieramos 3 parejas y que se nos permitiera llevar una botella de vino especial. Como especial fue el trato recibido por parte de Belen y su familia incluyendo el precio ya que hubo varias atenciones por su parte.
Empezamos con unos teóricamente finos (Maestro Sierra) pero que fueron Palo Cortado, y unas cervezas (Estrella Galicia) para abrir boca, mientras que el Muga de 1981 iba cogiendo aire y eso que lo llevé abierto desde una hora antes, y aun así fue mejorando a lo largo de la cena. Como se alargaron las viandas, hizo falta otra botella y aceptamos la recomendación de un poco frecuente 6º elemento, curioso hasta en su forma de etiquetado. Hubo mucha agua, hasta 5 (son tamaño mediano) entre con gas y sin gas.
Empezamos por unos entrantes servidos en individual: tomate invertido (en su servicio) con verduras y bonito: poco relleno y un tomate un poco menos maduro de lo que un relleno requiere, pero muy bien de sabor y con bonita presentación.
Canelon de confit y foie, con buena cocción de la pasta y muy buen relleno; un entrante que llena. Hubo una sustitución por sardina, un buen lomo, ahumada y bien según referencias.
Los famosos garbanzos (pedrosillanos)de la casa con langostinos que aunque son un segundo plato, tomamos una degustación (algo más) para que los dos debutantes los apreciaran; muy finos y mantecosos con un gran fondo. Un plato de diez que además se reforzó con medio oricio por persona servido en copa con hielo. Sublime.
Para principales fueron 4 de bacalao confitado con muselina de ajo y al horno. Las otras dos alternativas probadas fueron unas croquetas de las que no se gran cosa y una de cordero al horno bien hecho con buen sabor según referencias. El bacalao andaba mínimamente pasado de cocción lo que le hizo estar un poquito más seco y algo más salado de lo deseable.
De postre, una de carpaccio de fresas caramelizadas, un acierto pleno, original y bien conseguido.
Cuatro de torrija con helado de canela; postre casero bien realizado, sabroso, con la torrija bien de consistencia, jugosidad y sabor.
Algunos pocos cafés y 5 suavitos gin tonics de Seegram´s con tónica teóricamente de Schweppes pero no fabricada en España y que permitieron llegar a la madrugada en buena compañía y amable conversación.
El precio también fue especial porque hubo varias invitaciones: la cerveza, los finos, el descorche y el pan y cubierto; además de algún cambio en el menú (22€) como fueron los garbanzos y el erizo acompañante.
Ni que decir de la atención, servicio... Una cena más que especial.