Con la conversión del humano a urbanita resulta que los peques conocen a los animales por los cromos o los cuentos pero es difícil que los vean a no ser fileteados en bandejas en los supermercados. Así que está bien hacer una inmersión en la naturaleza de vez en cuando y aquí hay una buena oportunidad para pasar un día (o como nosotros un fin de semana), previa reserva con bastante antelación.

El lugar es una granja que dispone de un edificio de comedor/cocina y diferentes apartamentos adosados con terraza y amplio espacio para matrimonio con 2 niños (creo suplementable a algún  otro peque) y con nevera, salita, amplio baño, mesas y sillas en terraza..; otra construcción son habitaciones de hotel rural con baño incluido con 2 amplias camas más supletoria de literas amplias y superponibles; hay a la entrada y adosada a los apartamentos una vivienda apta hasta para 12 personas; al otro lado de los apartamentos un amplio comedor con cocina, fregadero, neveras, vajillas completas, etc... para picnic sobre todo pensando en los de fin de semana ya que la pernoctación es en media pensión.

Si solo vas de visita de día tienes la misma opción de disfrutar con los animales de granja en libertad completa (por la noche entran a un establo que e suna bioconstrucción de paja) dándoles de comer (espectacular lo de las gallinas, cabras y ovejas, también los equinos), conocer pavos reales y verlos por los tejados, acariciar conejos caballos y burros, pasear en ponys de todos los tamaños, minicars por el prado hasta agotar las baterías, jugar a futbol en el césped... sin contar las posibles excursiones cercanas -incluida estación de esquí de la Pinilla- hasta la hora de comer que vienes al comedor central donde hicieron la noche anterior unas buenas pizzas compradas en el horno del pueblo y horneadas en horno de leña en el propio comedor, servidas en mesas largas compartidas por familias y repartidas hasta la saciedad de todos los comensales.

A medio día toca un menú establecido que consiste en vino tinto facilón, limonada casera, refrescos, agua en jarras y tinto de verano; para comer y tras un aperitivo en el exterior con espectaculares aceitunas gordal sin hueso, patatas fritas artesanas (de un obrador que funciona hace más de 65 años) y bebidas frías y caldo caliente:

. entrantes: morcilla de Burgos, chorizos y croquetas de jamón: todo de un nivel más que correcto sin excesos de fuego y en raciones abundantes. Algún pimiento rojo asado que hay que probar. Notables.

. cordero lechal al horno de barro y a leña con una larga cocción (2 horas mínimo) a baja temperatura quedando muy tierno, jugoso y con marca de calidad de lechazo de Aranda de Duero. ¿Ración? hasta suplicar "basta". Sobresaliente incluso la ensalada acompañante con tomates de huerta de sabor ¡a tomate!. Los niños tuvieron pollo asado con patatas fritas que quedó poco jugoso aunque se resarcieron tomando algo de cordero.

. postres: para los peque mousse de chocolate y pastel de manzana para los mayores con un hojaldre hecho en el horno del pueblo. Bien.

Hay también opción de sobremesa para los adultos, con buenos Gin Tonics con receta del abuelo Fermín (pago aparte 5€) para "fer niente", mientras los niños hacen equipos para jugar en el recinto. Si hace sol en invierno apetece una siesta al aire libre.

El precio es por adulto en grupo (8-12) incluyendo la comida y visita de un día completo a todas las actividades (salvo dar de comer a los animales que es a primera hora de la mañana).