En Valencia van creciendo diversas cocinas del mundo, sin hacer ruido pero haciéndose sitio de forma progresiva como en este caso ha hecho Bek, el propietario, que tras currar en varios restaurantes de ambiente turco, decidió ir a su esencia de cocina propia y abrir este local, junto a su mujer cocinándoselo todo y con la ayuda de un tímido estudiante tunecino para servir las mesas con suficiente eficacia ya que el local no es grande en el número de mesas pero es que además sirve comida para llevar en buena cantidad. Hay clientes de otros países del este europeo, creo que rusos o ukranianos (¡maldita guerra!).

El local dispone de algunas mesas en la acera y de una entrada colorista que da paso al interior con una barra frontal a la entrada con algunas sillas altas; se alarga la barra con forma de L para acabar en la salida de la cocina quedando a la derecha una fila de mesas donde nos sentamos; una mesa más amplia queda a la izquierda de la entrada cerca de un mapa que nos permite ubicar al pais con exactitud entre esas ex repúblicas soviéticas y que estudiamos de pequeños alguna de sus ciudades como Samarcanda en la ruta de la seda.

La decoración interior no se queda atrás en colorido respecto a la entrada con un frontal en la barra con fotos de los platos, situación que se repite en la fachada exterior y en la amplia carta que tienes sobre la mesa. Manteles y servilletas de papel tela, sillas para no estar muchas horas, cierta amplitud dentro de lo reducido del local y muchas ganas de agradar.

Dos para comer que ya vemos algunas cosas interesantes en la barra pero que conviene remitirse a la carta de comidas. Para beber hay muy poco donde elegir: un par de vinos de bajo nivel en blanco y en tinto, por supuesto españoles y supongo que de hipermercado de barrio por lo que optamos por un par de dobles de cerveza de presión y un agua grande; no sé si es que somos los clientes raros pero es una pena que no dispongan ni de su propia cerveza ni de algún vino aunque sea de países cercanos del este de Europa que complementaría muy bien una comida de este tipo muy basada en carnes variadas (pollos, cordero, cerdo) y sobre todo sus guisos.

La cocina que descubrimos fue en base a compartir los siguientes platos:

. somsa: masa de hojaldre a modo de gran empanadilla rellena de carne de cordero y especias acompañan unas salsas aparte pero que parecen industriales y dejamos fuera. Buena.

. sirli samsa: misma masas y mismo formato pero rellena de queso de oveja tierno. Buena.

. pincho O´rama kabob: pinchos de carne de cordero rallada y enrollada a modo de espiral: buen sabor, carne tierna y acompañada de un poco de ensalada.

. palov: es el plato imprescindible de conocer, sus ingredientes pueden variar según la zona pero viene a ser una buena mezcla de carnes (en este caso cordero) verduras y arroz. Imprescindible y merece la pena.

. manti: carne condimentada y macerada envuelta a modo oriental y luego hervida. Bien elaborado y se nota la influencia de países más al este.

. postre: chak-chak: a modo de palitos de pasta de pan dulce La onomatopeya del nombre debe ser por el ruido al comerlo. Prescindible.

. postre: baklava: dulces típicos similares a los que se encuentran en Turquía donde el hojaldre la miel y especias tiene gran protagonismo. Más que bien.

No hay café y poca sobremesa aunque creo que se nos quedan demasiadas opciones por probar, así que habrá que darle más oportunidades a tantos platos posibles.