Restaurante argentino donde las carnes son la estrella de la casa. Comedor a la entrada y un segundo, más grande, al final del pasillo después de pasar por la cocina y la bodega.

Estuve en el primer comedor donde una barra de bar con personas esperando puede ser algo molesto. Observé mayoría de mesas con más de 4 comensales lo que implica alto volumen en las conversaciones.

Mesas bien paradas, servicio muy correcto y que asesoran muy bien las diferentes carnes y sus cortes correspondientes.

Raciones abundantes lo que, para próximas veces, puede permitir compartir platos.

Esperando el primer plato, las empanadillas de la casa por cierto muy buenas, nos sirvieron unos snacks (que no recuerdo) deferencia del restaurante.

Los segundos, un salmón a la brasa muy rico, al punto de cocción y un "Ojo de bife / Lomo alto" - angus argentino al grill sensacional de tierno y gustoso acompañado de diferentes salsas y sales.

Los segundos, como comentaba antes, generosos en cantidad lo que justifica los precios, relativamente altos.

Un flan, también generoso, para compartir en los postres.

La carne acompañada de una copa de Trumpeter Malbec de la Bodega La Rural (Mendoza), que nos gustó.

En definitiva, un muy buen restaurante argentino, excelente su propuesta de carnes, el servicio y la relación calidad-cantidad-precio. Y la posibilidad de escoger diferentes cócteles.