No fue lo que me esperaba

Primera visita al restaurante Capet del chef venezolano, afincado en Barcelona desde el 2007, Armando Alvarez, y situado en una callejuela del barrio gótico de la ciudad condal, cerca del ayuntamiento.

El Chef, trabajó, entre otros, durante 4 años en Coure y en el 2014 abrió su primer restaurante, del mismo nombre que el actual, en el barrio de Gracia hasta que en el 2018 abrió el restaurante que voy a comentar. El antiguo de Gracia se llama actualmente Petit Capet y esta regentado por uno de sus hermanos bajo su supervisión.

Su cocina podríamos definirla como tradicional puesta al dia, elaborada con productos de proximidad y de temporada. El restaurante está recomendado por las guias Michelin y Repsol.

El local, tiene dos comedores, uno dando a la calle, en el que se encuentra la cocina a la vista, provista de una barra con una capacidad mas o menos para una decena de personas, desde donde se ve trabajar al Chef y a sus ayudantes y el otro en un altillo, desde la que se divisa la sala principal y donde estuvimos ubicados.

Las mesas, de madera, están desnudas, bien separadas las unas de las otras, las hay altas y normales ( bien definir al hacer la reserva la ubicación y el tipo de mesa). La vajilla y la cubertería son contemporáneas y las copas Riedel.

El servicio de sala, efectuado por una camarera, fue simpático pero muy lento, muchos tiempos muertos. El servicio del vino efectuado por la misma persona fue inexistente. Se ciñó al descorche de la botella y primera cata, sin ninguna presentación, ni explicación., entre otras cosas, por ejemplo, escogí una botella que en la carta figuraba como del 2021 y nos sirvieron una del 2022, de lo que me di cuenta al final de la comida.

Proponen dos menús degustación y la carta. Optamos por esta ultima.

Primeramente nos sirvieron como aperitivo :

Velouté de llegums amb crumble de curry . Velouté de legumbres con crumble de curry

​Siguió una Croqueta de pollastre amb kimchi. Croqueta de pollo con kimchi

Como entrantes compartimos :

Amanida de moniato, ricota, gelat de pinyons i anxova. Ensalada de boniato, ricota, helado de piñones y anchoa.

Vieires amb amanida de patata, ají groc i gelatina de coriandre. Vieiras con ensalada de patata, ají amarillo y gelatina de cilantro

Terrina de conill de bosc amb un vel de maduixa fermentada, amanida d'escarola i fruits vermells. Terrina de conejo de bosque con un velo de fresa fermentada, ensalada de escarola y frutos rojos

Y como platos individuales tomamos

Llamàntol amb suquet d'eriçó, patates, allioli d'all escalivat i safrà. Bogavante con suquet de erizo, patatas, alioli de ajo escalivado y azafrán

(Las siguientes fotos, por imperativos técnicos de Verema apareceran en el primer comentario)

Tortello farcit de llebre amb carpaccio del seu llom, la salsa i crema de bolet de temporada. Tortello relleno de liebre con carpaccio de su lomo, su salsa y crema de seta de temporada

Llom de cérvol al carbó amb puré d'apionabo a la vainilla i la seva salsa al gerd

Lomo de ciervo al carbón con puré de apionabo a la vainilla y su salsa a la frambuesa

Todos los platos bien presentados, bien elaborados con productos de calidad y de temporada, pero... si, hubo un pero,  y no poco importante, todos los platos calientes nos los sirvieron templados tirando a fríos (incluida la croqueta) lo que desfiguró totalmente lo que podía haber sido una excelente cena. Por este motivo mi puntuación sobre la comida será ajustada para dar una puntuación general de 6.

El pan con tomate que acompañó la cena elaborado por ellos, a base de masas madre con fermentación de 12 h fue muy bueno.

De postres compartimos :

Carrot cake amb toffee de pastanaga i gelat de formatge de cabra. Carrot cake con toffee de zanahoria y helado de queso de cabra

Financer de xocolata amb gelat de maduixa i escuma de gintònic. Financier de chocolate con helado de fresa y espuma de gin tonic

Ambos buenos.

Para beber tomamos 2 botellas de agua osmotizada  y yba botella de vino blanco Edetaria Via Edetana 2022 DO Terra Alta. Vino ecológico. Cepages 100% Garnatxa blanca procedente de cepas viejas. Cada parcela fermenta por separado para aportar más matices. Una vez finalizada la fermentación se realiza el ensamblage, recibiendo la mitad del vino una crianza de cuatro meses en barricas de 500 litros y la otra mitad se trabaja en sus lías finas para extraer la máxima expresión varietal. En boca es fresco, potente, mineral y elegante.

Finalizamos con dos cafés y un cortado.

La cuenta ascendió a 75,80 €/persona.  RCP correcta. Una cena que pudo ser muy interesante perdió todo su posible esplendor, con un servicio lentisimo, con muchos tiempos muertos, un servicio del vino casi inexistente y la presentación de casi todos los platos calientes fuera de temperatura. He leido en Verema, cuando he colgado el comentario, la experiencia que tuvo FrancescF en el 2014 en el antiguo restaurante de Gràcia y si la hubiese leido antes desde luego me hubiese evitado el desplazamiento. No  volveremos