En la bonita localidad de Cariñena y muy cerca de la autovía con fácil entrada, lo que le convierte en una buena opción de carretera alejada de las franquicias. No es fácil de aparcar en las cercanías pues está en calles estrechas.

El local dispone de una gran terraza a modo de entrada a la propiedad ideal para aperitivos o esperas. Hay que reservar porque se llena incluso los lunes de otoño pues ví no poder atender a varias personas durante el servicio de medio día por no reservar previamente anunciando retrasos de más de media hora o simplemente pidiéndoles que vuelvan otro día; son poca gente al servicio y quieren que la gente salga contenta y ese es el camino.

La parte interior dispone de una barra a la izquierda de la entrada de una amplia sala con columnas en medio creando espacios, con una decoración rústica castellana donde se disponen mesas y sillas amplias con separación de mesas correcta, sin mantel y buenas copas y la cocina y el asador al fondo de la barra. Es atendido sobre todo por una pareja de forma eficaz y diligente con salida de platos a buen ritmo sobre todo antes de llenarse el local.

La carta física incluye comidas y bebidas. En la segunda, con la esperable mayoría de vinos tintos locales, no es muy amplia pero sí bastante inhabitual en sus vinos y bodegas y se nota que tienen ellos más interés que los visitantes (¿lo de bako viene por ahí?) pues hay varias zonas con botellas de vino para tirar carnaza; llama la atención que el menú del día (16,90€) que parece una frecuentada buena opción, incorpora dos copas de vino por persona porque aquí se bebe más de la media; en mi caso fue un local y desconocido Cutio tinto 2020 viñedos seleccionados, un coupage de garnacha y cariñena que me apreció de excelente relación calidad/precio; también un agua grande sin gas de Solares.

La carta de comidas dispone de algunos entrantes y los inexcusables lubina y pulpo pero gana por mayoría la presencia de carnes de las que ya vienes avisado al entrar y ver el refrigerador de maduración de las mismas. Menú del día aparte, estamos en el mes del chuletón y tiene su correspondiente sitio en carta (mínimo 2 personas que hoy no es el caso; el resto de la carta son diferentes opciones de diferentes carnes siendo bastante amplia y variada. Lo comido con buen ritmo de salida de platos:

. salmorejo de tomate rosa de Zaragoza, jamón de D.O. Teruel, polvo de almendras y huevo cocido: buenos ingredientes con preocupación de producto de cercanía lo que me parece bien. Notable.

. spaguetti con bolognesa de vaca Carchena y queso parmesano: producto gallego en carne y el resto italiano, aquí lo local va por el aire lo que me parece bien porque no hay mejora con utilizar el producto local (si quieres cognac ¿por qué beber cognac inglés habiendo francés?). Muy bien.

. vacío de vaca a la parrilla al punto de sal: una zona de carne de la vaca poco habitual salvo en Argentina, pero que tiene su infiltración grasa que potencia su sabor; se acompaña de unos gajos de patatas asadas con piel. Quizás un poco de menos tiempo en el asador (¿influencia argentina otra vez?), para mi gusto, hubiera sido mejor. Muy bien.

. postre: mousse de chocolate con nata (aunque creo que pedí panna cotta). Me resulto bastante prescindible.

Sin sobremesa por la soledad del viajero y por los kilómetros que aún faltan. Hay que apuntar el lugar si conduces por la zona porque merece el desvío.