Nuevo nombre y nueva dirección en la gestión tras la jubilación de Magda Subirana, David Garriga que ya estaba en la cocina con la anterior propietaria se ha hecho cargo del restaurante desde el mes de enero de este año. El local no ha cambiado y sigue con el mismo mobiliario y decoración.

Era jueves y el local se llenó completamente rechazando clientes que no tenían reserva, su oferta consiste en menú con cuatro primeros y cuatro segundos con un precio de 20,90 € incluyendo postre pan agua y vino, tiene además carta y alguna sugerencia del dia,

Nos sirvieron de aperitivo

- Crujiente de tinta de sepia con mayonesa de cítricos y flores de sauco.

Primeros

- Ensalada de magret de pato, peras y tropezones pan tostado, nada destacable, aliñada con una insulsa vinagreta.

- Berenjena a la llama con queso de cabra, pesto y frutos secos igual que el otro plato nada destacable.

Segundos

- Pie de cerdo deshuesado con rebozuelos y nabos, los dos coincidimos en la elección, buenos pero para mi gusto la salsa demasiado fuerte y potente.

Postre

- Pastel del dia hecho en casa, en este caso era brazo de nata

- Helado de vainilla

Para beber una botella de agua y una jarrita de vino blanco y otra de tinto

Terminamos con dos cafés.

El servicio con una acusada falta de profesionalidad, el camarero que ya formaba parte del anterior equipo se presentó con los segundos platos cuando yo aún no había terminado el primero retirando el plato vacío de mi mujer y dejándole el segundo, con el postre pasó algo parecido en este caso la camarera retiró el plato de mi mujer sin esperar a que yo terminara el mío.

La carta es corta,  el precio del menú  para mí no tiene una buena RCP

Terminamos con dos cafés

Creo que a pesar de todo hay que darle una nueva oportunidad aunque pasará bastante tiempo antes de que volvamos, y actualmente me abstendré de recomendarlo.