Local situado muy céntrico y que se nutre de oficinas y negocios de la ciudad más que de vecinos, con unas pocas mesas en la acera y un interior con otras pocas mesas. Ofrece almuerzos y comidas fundamentalmente.
Nos citamos los 3 organizadores como previa de una próxima primera celebración postpandemia (esperamos darle continuidad) de las comidas de chicos que antes realizábamos en el club social de la Vallesa y que ahora haremos en local alquilado. de un bar; la primera va a ser un remenber de hace más de 12 años con marisco traído ex profeso desde Galicia por Seur, en concreto desde O´Grove, de una cetaria conocida y comprado la tarde anterior; en menos de 24 horas en la mesa. Resultó una pasada.
Con ánimo abierto empezamos por unas cervezas con unos cacahuetes pelados servidos en mini paella; también unas buenas aceitunas variadas. Seguimos con un buen tomate valenciano bien preparado con aceite y ajo. De lo ofertado y aconsejadas las setas, aceptamos esos buenos níscalos con patatas panaderas y un par de huevos fritos con trozos de pan tostado y un buen aceite: Egregio ecológico y orgánico, pero que no conseguí ver la aceituna de su origen.
En este punto de la fiesta, el vino tinto de la casa (para no recordar) que nos habían servido directamente al solicitar la carta de vinos y antes de empezar a comer, se nos hacía difícil seguir (habíamos servido, pero no tomado, una copa cada uno) pero la salvadora llegada del dueño que nos permitió dejar de sufrir por el servicio padecido hasta entonces (todo a la contra sin necesidad) comentamos mejorar en el vino y nos ofrece dos opciones y nos quedamos con Pago de los Capellanes crianza 2017 y unas buenas copas.
Con nuevo vino hacía falta seguir comiendo y rematamos con un plato de lomo ibérico decorado con unas almendras y un plato de queso curado que apostaría por manchego; ambos productos de buena calidad.
Tuvimos suerte y hubo opción de cremaet, bueno y bien elaborado. Nos ofrecieron, por cortesía de la casa, unos medios gin tonics y un par de chupitos de ron. Un platillo con gominas y pequeños chocolates permitieron cerrar el programa de pasado mañana.
Aparte del problema con el camarero, nos pareció fuera de lugar que nos cobraran la botella entera del vino de la casa (15€) que se había traida abierta y tampoco nos pareció bien el precio de 55€ por el vino (PVP sobre 20-22€) sin previo aviso y sin que ni siquiera se sirviera en las copas.