Despidiendo el verano

Nueva visita porque la terraza atrae como un imán en verano, y aquí la terraza es amplia aunque tenga algo de lista de espera. Un servicio rápido y efectivo alivia la corta espera y enseguida informa a pie de mesa de lo que hay, ahora con nombres propios para darle facilidad a la escribiente de la comanda.

No hay cambios en lo que integra "el gasto": los malos cacahuetes salados y las buenas aceitunas; el vino es Peñasol tempranillo que marida bien con la gaseosa como mandan los cánones del "esmorzar". 

Lo que tomamos entres los 3:

. tortilla de espinacas con cebolla y morcilla desmigada: buen pan y sobre todo una tortilla recien hecha cambian radicalmente las sensaciones del bocadillo. Muy recomendable el bautizado como "Popeye".

. longanizas patatas fritas y ajos tiernos: referido, como la apriencia, como muy bueno.

. huevo frito patatas fritas y morcilla en plato: también recien hecho y eso es un plus muy importante.

Parar rematar un cremaet especial, bautizado como Franciscano, al que incorporan una bola de helado de leche merengada; hay que añadir que además de dar de comer el local es también una heladería destacada en el pueblo.

Será la última visita probablemente hasta el año que viene cuando vuelva el calorcito en la terraza.