Restaurante Bodega Casa Benjamín en Denia
Restaurante Bodega Casa Benjamín
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
29 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Bodega Casa Benjamín
OPINIONES
2

Casa Benjamin disfruta durante el verano del gran tirón de demanda del turismo. Imprescindible reservar con alguna antelación. Mantiene una carta de entradas y platos muy atractiva, como se detalla en otros comentarios. Muy conseguidos, por ejemplo, los huevos rotos con alcachofas crujientes y picadillo de jamón.

Los dos comedores interiores son agradables, y con el ambiente de paredes cubiertas de botellas.

Sin embargo, incomprensiblemente, la carta de vinos del restaurante es muy mejorable. La selección de vinos peca de exceso de originalidad, como huyendo de marcas comerciales conocidas. Una iniciativa loable si fuera acompañada de una descripción detallada del vino que se ofrece, o que los camareros conocieran lo que sirven. En la carta es imposible saber si se trata de crianzas o vinos jóvenes, y tras el descorche vienen las sorpresas. Además, varias de las referencias no existían en stock. Precios elevados, caros, que no acompañan a los precios de la comida, más moderados. El responsable de esa carta debe descender más al mundo real.

La bodega Casa Benjamín, popularmente conocido como el Benjamín, abrió sus puertas con la actual gerencia hace ahora unos tres o cuatro años. El local, totalmente remodelado aquel entonces, se asentaba sobre la antigua bodega Benjamín, un bar de los de toda la vida con un puñado de años de historia y que contaba con gran arraigo y solera entre los habitantes de la ciudad. En los últimos años, sin embargo, había sufrido una triste decadencia. Arrancó nuevamente como lugar de cervezas, vermuts y picoteo informal y contó con una grandísima acogida entre el público, cosa que propició una ampliación de espacio al poco tiempo de abrir y un crecimiento en el concepto más cercano al de bar-restaurante.

El local reúne un encanto especial con sus amplias estanterías repletas de vinos, una larga y alta barra, los toneles que guardan vermuts y vinos generosos, la nutrida vitrina que muestra algunas de las propuestas de la carta y los camareros con atuendo vintage recordando la vestimenta de los camareros en el siglo pasado. El ambiente es jovial y desenfadado, cosa que aumenta los días en los que se ofrece música en directo. Se respira relajación y disfrute por los cuatro costados. Digno de visitar.

Sin embargo, tras múltiples visitas para tomar unas cañas o el famoso vermut, no se había presentado aún la ocasión de sentarse a la mesa a cenar. Ésta vino el pasado jueves por la noche y, ciertamente, quedamos satisfechos. Se aconseja compartir todo al centro de la mesa, incluso aquellos platos que podríamos considerar como “principales”. Nosotros pedimos:

- Humus de altramuces: denso en su textura, pero más suave en cuanto al sabor si lo comparamos con el de garbanzos. Eché en falta un tanto de personalidad ¿Más comino) ¿Cayena?

- Ensaladilla de marisco: Muy rica, mezclada con abundante mayonesa y muy desmenuzadita. Ración abundante y muy refrescante para los días sofocantes de verano.

- Pericana con pulpo seco y capellà: La pericana es un plato que no deja indiferente a nadie por su sabor particular e inigualable. Para quienes no lo conocen se trata de un majado con tomate seco y ñora que se riega en abundante AOVE y se mezcla con ajo bien picado. No es de mis platos favoritos, pero en Benjamín se acompaña de abundantes taquitos del capellà (capellán o bacaladilla secada al sol) y con el pulpo seco.

- Atún en escabeche de Jerez: Mejor el enunciado que el resultado final. Impecable la calidad y presencia del atún pero me disgustó que las verduras que acompañaban (zanahoria, cebolleta roja…) estuviesen calientes. Tampoco parecía que se hubiese “macerado” o cocinado el atún con el escabeche, como si se hubiesen juntado ambas cosas únicamente en el emplatado. Decepción.

- Coca de foie e higos: sublime: masa fina y crujiente y acompañamiento delicioso con los daditos de foie fresco pasado por la plancha y el siempre agradable contrapunto dulzón de los higos.

- Torrija: Tamaño considerable, melosidad extrema y dulzor perfectamente mesurado. Nos encantó.

- Tarta de manzana con helado: Otro postre que gustó mucho por la abrumadora presencia de la fruta frente a una cantidad justa de bizcocho o masa. Muy esponjosa y ligera esta tarta que se sirve atemperada con el contrapunto frío del helado (¿de vainilla?).

La carta es considerablemente extensa y hay un buen número de propuestas donde elegir. Se hace difícil decantarse por unas cosas u otras. El servicio muy correcto y eficaz y, aunque no ojeé la carta de vinos, soy consciente que tienen un buen número de referencias que pueden satisfacer a todo tipo de clientes. Nosotros tomamos Komo Kabras que salió a temperatura excelente y acompañó bien esta cena informal y divertida.

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