TRas la experiencia del dia anterior decidimos investigar a fondo y sobre todo probar la cassoulet. Si vas a Toulouse y no la pruebas es como ir a Valencia y no comer paella o a Madrid y no comer cocido...
Reservamos a las 13.00 y nos avisaron que como "muy tarde". Dos comedores llenos y el maitre y dueño hablando ingles lo que se agradece ya que en ningun local hostelero encontramos gente que hablara algo que no fuera frances..
Mesas mas bien juntas al estilo frances pero sin estorbar. Tenian un menu del dia que vimos que el segundo era un pescado estupendo..
Por lo que vimos hasta que nos tomaron nota, que por cierto fue un buen rato ya decidimos la comida:
* un menu del dia que consistia en una ensalada de brotes con mollejas de pato y vinagreta . Bien
*Bacalao fresco sobre choucroute y salsa de mantequilla, Bueno
*cassoulet pedida aparte. con su confit escaso y la tipica salchicha tolosana que parece albondiga. Muy rico y nada pesado
* Tarta de arandanos ( del menu). no la probé pero debia estar bien
Para beber agua del grifo sin coste como debe ser y un vino de la zona recomendado por el maitre que fue muy amable.Chateau de Salettes. Gaillac. a 24 euros.
Un cafe para terminar. 78 euros en total. Muy recomendable
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