Más fusiones

Debo decir que me impresiona más el propio local que la comida. Un espacio abierto , vanguardista, luminoso, vegetal y distinto, me gustó mucho. Servicio amable, atento, joven y rápido. Carta de vinos suficiente, aunque se perciben algunas obligaciones impuestas que convendría revisar . La comida no me disgustó , pero tampoco me impresionó. Una fusión digna diríamos.Algúna propuesta notable y singular como el butterfish, un cremoso-mantequilloso bacalao que merece la pena probar. El consabido nigiri con huevito de codorniz, mejillones brasa cuya brasa no encontramos, atún con una nube cítrica y jalapeños que molaba en su estructura y pensamiento pero que no convencía en lo principal, (el atún)...y tres pantagruélicos postres de cierto nivel. No me fascinó, pero tampoco puedo decir que no me gustar. La carta es amplia Todo el sector ensaldas y arroces se quedaron allí, o las carnes...para la próxima