Un local en el que casi todos (los más jóvenes) dicen que se come bien y el problema es la mala insonorización, merece una visita de prueba. Ahí vamos a la hora del almuerzo en día laborable porque es un momento de menor asistencia que una noche de fin de semana. Por cierto fácil aparcamiento en el descampado de delante.
La decoración alternativa se ve de lejos y es intensa. Hay dos entradas no comunicadas (¿?) una a la terraza que es abierta con buenas mesas para parejas y pequeñas para dobles parejas sin mantel y con mucha decoración y plantas que las aísla bastante; hay algunas sillas y mesas altas más individuales. La otra entrada lleva a un local interior con mesas y sillas altas a la entrada, una cocina y baños que separan un comedor interior rectangular y que termina en una salida trasera creo a una zona abierta que no llegué a ver. En la parte de cocina hay mucho espacio para las brasas y el servicio a las mesas. Por último existe una ventana a la terraza que se usa para pasar la comida sin salir a la calle, ¡menos mal!.
Lo importante es la carta de comidas muy amplia y con una cocina de fusión asiática-canaria-local que invita a repetir visitas porque se sale de lo habitual. Igual ocurre con la carta de vinos, mucho más variada de lo que sueles encontrar en este tipo de locales (hasta 4 champagnes); hay también carta de copas y combinados con bastante variedad. En nuestro caso vamos con los almuerzos y también hay variedad de opciones que se preparan al momento; el tamaño de los bocadillos pasa por el entero (algo más de media barra -7,5€-) y el medio (algo menos de media barra -5,5€-); unas pocas tapas y ninguna flexibilidad para poner en un plato el contenido de un bocadillo, que nos impidió probar alguna cosa más.
Se mantiene el esmorzar popular con sus cacaos fritos, unas pocas papas y unas pocas aceitunas; todo correcto, Parar beber el consabido vino con gaseosa servido en buena copa de vino aunque traído desde dentro ya servido, más una gaseosa por persona lo que no es habitual; además un par de cañas de cerveza de presión.
Los bocadillos fueron:
. tributo a la pérgola: lomo a la brasa, patatas a lo pobre, champiñones, salsa Mery y mayonesa: muy bueno, muy jugoso y perfecta la carne a la brasa.
. John Wayne: carne de caballo a la brasa, patatas a lo pobre y ajetes: buena materia, bien el paso por brasas y bien los complementos.
. Atascarterias: panceta braseada a baja temperatura con falso chucrut y salsa tártara de pizarras dulces: se nota el dominio de las brasas quedando jugoso y menos graso de lo que apunta el titular.
. bocata del personal: pollo cajún a la brasa, queso, cebolla roja, cilantro y emulsión de sweetchili: recuerda muy bien al pollo cajún que preparan en Nueva Orleans aunque aquí la música no es de jazz.
Prácticamente solos en la terraza rematamos con buenos cremaets (suplementa con 1€) en su preparación aunque algo menos sabroso de lo habitual y no sé por qué. Mucho tiempo para conversación al solecito otoñal.
Habrá que dar una oportunidad a comidas o cenas.
gasto
lomo
pollo
rabo
panceta
cremaet
Otro más a la guia... buena pinta tienen los bocadillos con nombres muy evocadores. Como bien dices lo tendrás que probar en comidas o cenas. Buen precio.
Saludos
Aqui el explorador ha sido mi sobrino (basta ver la pintura exterior).
Saludos
Efectivamente...
Saludos
Y no descarto venir a comer.
A cenar me parece que el ambiente no será para mí.
Saludos
Por lo visto en las fotos... aunque nunca se sabe.
Saludos
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