Lamentablemente al intentar reservar desde la bodega Paternina, me comunica que este buen restaurante esta cerrada...pero puedo tomar el menú degustación riojano. Una lastima.-
Despues de una visita a la bodega Paternina, que mejor que comer en este sitio, cuidada decoración, (comes con vistas a unos grandees depositos de madera de la propia bodega), te sientes comodo nada más entrar y vislumbras que vas a comer bien y agusto servicio profesional, carta de vinos con muy buenos precios en los que puedes encontrar toda la gama de paternina (jerez, ribera, franco-españolas...) y algún que otro vino riojano y de otras DO. Menu con toques modernos pero bien resuelto (gazpacho de sandia muy bueno...), dieron la posibilidad de variar algún plato del menu desguatación. Un sitio muy recomendable y más si eres un amante de paternina. Espero volver.-
Brutal cambio el que ha experimentado este restaurante. Antiguamente bajo la batuta de Belén García y con una cocina vanguardista, moderna y con gusto, ha pasado a una cocina tradicional y aunque con calidad, bastante básica para el entorno que tiene la sala. En mi opinión demasiado tradicional. Poco queda de lo que fue este restaurante y la verdad es que se nota MUCHO la ausencia de Belén, una joven referencia de la cocina de La Rioja. El local, impresionante. Pobre carta de vinos aunque el servicio es más que correcto.
Algo está cambiando en la cocina riojana, las bodegas empiezan a abandonar las maravillosas patatas a la riojana y chuletillas al sarmiento con las que obsequiar a la "visita de rigor". Con esto no quiero decir que no me guste la fórmula anterior, pero me parece interesante que una bodega tan tradicional como Paternina busque también "algo diferente".
Aunque al Conde aún le falta un escalón para la excelencia, uno sale satisfecho con la buena materia prima y excelente elaboración. El servicio del vino es muy bueno, con una carta que hace especial hincapié en los vinos propios. Y por encima de todo lo anteriormente descrito, destacar el entorno tan maravilloso que han conseguido crear combinando, como bien dice Nuria, modernidad y tradición sin desentonar.
Restaurante situado en la vieja bodega que Paternina posee en Ollauri y que ha sabido combinar sabiamente la decoración de una bodega centenaria con elementos modernos, creando un ambiente agradable y con suficiente espacio entre mesas.
Dispone además de una zona propia para comidas más apartadas (empresa, reuniones familiares...).
La carta alterna comida clásica con materia prima de gran calidad (menestra de verduras, cochinillo asado, lomo de merluza al vapor con verduritas...) con otras propuestas más novedosas (raviolis de langostinos con hongos, un foie muy especial,...).
Alvaro García dirige la sala desde hace un año con profesionalidad y auténticas ganas de agradar.
Servicio del vino impecable, tanto en su apertura como temperatura del mismo. Copas correctas. La carta ofrece todos los vinos de Paternina a muy buenos precios y una selección de vinos procedentes de otras bodegas de Rioja Alta a precios menos comedidos. Alvaro nos comentó que tenían pensado ampliar la carta de