Dicho y hecho

Pasada la pandemia las cosas van volviendo a la normalidad y era momento de un nuevo almuerzo, esta vez en versión "bocata" tal y como quedó la propuesta de la anterior visita.

Sin cambios destacables en el local que sigue bajo la batuta de los dos hermanos. Tres para un esmorzar y nos sentamos en una mesa del comedor interior. A pie de mesa nos cantan las posibilidades y optamos por unas tapas al centro y los bocadillos; para beber cayó una botella de tinto Izadi crianza 2019, un par de gaseosas pequeñas y un par de aguas con gas Perrier.

El p,an, tipo bocadillo pequeño muy bueno del horno Casa Pepet y un lujo almorzar con su dueño. Tomamos:

. patatas bravas: especialidad de la casa y siempre en un punto perfecto de cocina y de salsa. Recomendables.

. sepia con mahonesa: otra opción estrella de la casa que nunca defrauda. Siempre bien.

. bocadillo entero de embutido con col frita: magnífica calidad del embutido con la morcilla desmigada y la col frita aunque sin caramelizar. Muy bien

. bocadillo de atún esgarraet aceitunas y mahonesa: referido como bueno y que se remató con un mini de dos morcillas en aceite de la casa. Muy buena pinta.

Un cremaet bien preparado y, por cortesía de la casa, un chupito de vodka y un licor de hierbas de la sierra de Mariola hecho en casa muy bueno.