Cocina bien resuelta

Y siguen las aperturas. No damos abasto. El local anuncia a sus puertas “cocina de fusión asiática y mexicana”. No lo veo así. Hay platos de clara inspiración mexicana y carta de sushi pero realmente no se observa ningún plato que mezcle trazos de ambas culturas.

Local situado en la calle Loreto, uno más, que desde hace unos años se ha convertido en el centro neurálgico de la ciudad en cuanto a gastronomía se refiere, destronando así la afamada calle Marqués de Campos. Decoración acertada combinando elementos puramente rústicos propios de la casa de pueblo donde se ubica (vigas de madera en el techo, ladrillo cara vista, pavimento imitación barro) con otro mucho más actuales. Barra con servicio de cubiertos para comer allí, mesas altas con taburetes en la primera estancia y un pequeño y coqueto comedor al fondo donde nos sentamos.

Por la composición de la mesa y las reservas de uno de los comensales respecto al pescado crudo, nuestra comanda se fue más hacia lo mexicano que a lo asiático. Hay bastante donde elegir y, además, alguna sugerencia fuera de carta.

- Gyozas de pollo: Empanadillas de pasta de arroz cocinadas al vapor con el relleno de pollo y salsa agridulce para acompañar

- Rollitos de pollo y chistorra: Muy crujientes, acompañados de guacamole y soja.

- Salmón con aguacate: la base es un puré de aguacate y, sobre éste, los dados de salmón marinado. Se toma con unos curiosos chips de plátano macho y se puede acompañar con salsa teriyaki.

- Aguachile de langostinos: eso rezaba la carta. Sin embargo, nos sirvieron uno de pescado blanco, lubina quizás, igualmente delicioso. Muy rica la sopa con el punto cítrico exacto y un nivel picante presente pero apto para todos los paladares.

- Rollo “Formatge”: Rollo de queso camembert y arroz en tempura. Estando rico, prefiero los rollos elaborados con pescado.

- Uramaki de salmón y gamba roja: nuevo rollo con la gamba como parte central i el salmón en finas lonchas colocado sobre las porciones de éste.

- Taco taco: Tamaño considerable de la tortita y relleno a base de verduras y pulpo. Muy duro éste. Incluso costaba mucho cortarlo con los dientes.

- Esfera de cochinita pibil: curiosa la presentación apartándose un tanto de las tan recurridas totas de maíz. El plato es literalmente una esfera de masa crujiente que, al romperla deja a la vista el famoso condumio mexicano. Algo falto de punch, a mi gusto.

- Tarta de queso: Muy rica: base de galletas y esponjosa y sabrosa la cobertura de la crema de queso.

- Cremoso de sésamo: Muy rico también este segundo postre. Buen broche final para la comida.

Tomamos cervezas al principio y dos botellas de Habla de ti sauvignon blanc que acompañó dignamente todos los platos. La carta es mínima con cinco referencias de blanco, algún rosado y espumoso y otras cinco de tinto. Cabría aumentarla un pelín más a medida que el negocio se afiance.

Buen servicio a cargo de una única persona y vistita del cocinero para interesarse sobre nuestras sensaciones. Evidentemente fueron buenas y así se lo hicimos saber.

  1. #21

    G-M.

    en respuesta a Otilio Haro
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    Pos no, có

  2. #22

    Otilio Haro

    en respuesta a G-M.
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    Y si dices muchos "cos" te copulo, gallina.

  3. #23

    G-M.

    en respuesta a Otilio Haro
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    XXXD

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