Nuevo fin de semana largo en Barcelona aprovechando el largo puente del 14 de julio en Francia, para disfrutar a tope de la ciudad condal.
Hacia tiempo que estaba buscando información sobre la fecha de la nueva apertura del restaurante Alkimia (el anterior no pude visitarlo) , ultima pieza del puzzle y buque insignia del Chef Jordi Vila para finalizar totalmente el complejo gastronómico de la Fabrica Moritz comenzado hace casi 5 años. Por casualidad me enteré de que acababa de abrir hacia escasamente dos semanas, así que antes de que la noticia fuese vox pópuli, ni corto ni perezoso les contacté para hacer una reserva para la noche del 14 de julio y sorpresa, obtuve mesa.
Pienso que muchos ya conocéis el excelente CV del Chef Jordi Vila, desde sus inicios en el restaurante Abrevadero... hasta la obtención de su primera estrella michelin en el restaurante Alkimia de la calle Industria, y la dirección gastronómica de la Fabrica Moritz (Cerveceria, Bar a Vins, Braseria gastronomica Louis 1856 y el nuevo Alkimia, que renace de las cenizas cual ave fenix del antiguo local de la calle industria cerrado hace un año con el objetivo de crear el actual).
La primera sorpresa al llegar es que para llegar al restaurante, hay que tocar el timbre en un edificio señorial del siglo XIX, situado en medio del complejo gastronómico, para subir hasta el piso principal, antigua residencia de la familia Moritz y donde se ubica el restaurante.
Al llegar nos estaba esperando Ramiro Gutierrez-Zamora, ex sommelier de Monvinic, y nueva incorporación en el equipo de Alkimia, quien nos presentó someramente el restaurante y nos acompañó hasta nuestra mesa. Fue nuestro anfitrión durante casi toda la noche.
Nada mas entrar, ya percibes algo distinto en el ambiente, no se como expresarlo... Tras cruzar un corto pasillo se llega a un pequeño comedor informal con 6 mesas en el que sirven platos, vinos y tapas , una especie de bistrot, y desde el que se accede, tras cruzar un modernísimo umbral amovible a base de placas plegables, al comedor gastronómico, con la cocina a la vista presidiendo la sala (tengo la impresión que la cocina es mas grande que el comedor). Hay seis mesas redondas, amplias bien separadas las unas de las otras, bien vestidas, con buenos manteles y sillones design ubicadas en un entorno creado por el interiorista Chu Oroz, mezclando modernidad, diseño y tradición( por ejemplo los plafones son los que habían en la casa de la familia Moritz en el siglo XIX).
El servicio de sala es muy bueno, amable, servicial y ante todo profesional . El maître es Aleix Dotú. El servicio del vino también es muy bueno, no vi la carta de vinos en su totalidad porque me deje aconsejar por la sumiller Marta Sánchez, la que ya estaba en el antiguo Alkimia, y no me arrepiento, pero me pareció bastante completa. La vajilla, cubiertos y copas evidentemente están a la altura del restaurante.
Al frente de los fogones está Jordi Vila, secundado por el mismo jefe de cocina que tenia en el antiguo Alkimia, Hannes Eberhard.
El restaurante propone 2 menús, el Alkimia a 98 €, y el del día a 155 € mas la carta .
Optamos por el menú Alkimia.
Para comenzar, aconsejados por el sumiller Ramiro Gutiérrez, tomamos un Dirty Sherry que estaba muy bueno, que creíamos que estaba incluido en el menú, pero desgraciadamente no fue el caso, pero bueno un día es un día...
El menú fue el siguiente :
Tomàquets xerry, marinats, curats, macerats amb vinagreta de formatge fresc i garum d'anxoves , Tomates cherry, marinados, curados, macerados con vinagreta de queso fresco y garum de anchoas, tan sencillo de presentación como exquisito en sapidez. Muy rico.
Tàrtar d'escamarlans, gamba i peix (llobarro). Caviar Beluga i bocatto di cardinale Tartar de cigalas, gambas y pescado(lubina). Caviar Beluga y Bocatto di cardinale, con una salsa de plancton. Que delicia, una maravilla, para degustar y degustar. El Bocatto di cardinale, presentado en una copa aparte , era la cabeza de la gamba para chupar a fondo, adornada con otra quenelle de caviar beluga en su parte superior. Mamma Mia.
Bonitol amb escabeitx de pebrot i arengada Bonito con escabeche de pimiento amarillo y arenque. Una verdadera delicia.
Coca de bou de mar amb carbassó en flor i gelée de cua de bou i mora Coca de buey de mar con flor de calabacín, gelée de cola de buey y mora, con una brunoise de verduras, otro plato de gran categoría.
Platillo de calamarsons farcits de botifarra negra amb cigrons de patata i picada liquida Platillo de chipirones rellenos de butifarra negra con ñoquis en forma de garbanzos, salsa de garbanzos y una picada liquida. Un plato para ponerse de pie y aplaudir.
Plat de peix salvatge, turbot amb bledes amb un sofregit de seba, all i galanga i suc de bledes Plato de pescado salvaje, en este caso rodaballo, con acelgas y un sofrito de cebolla, ajo y galanga en un caldo de acelgas. Perfecto punto de cocción, un rodaballo de campeonato. Un plato para mojar pan o si se es muy bien educado para utilizar la cuchara.
Las fotos de los dos platos siguientes y los dos postres aparecerán en el primer comentario
Raviolis de pollastre rostit amb crema de formatge i brou de rostit Ravioli de pollo asado con crema de queso y jugo del asado, Otro plato extraordinario, de los que no se olvidan. Un plato también para utilizar pan o cuchara.
Colomi de sang amb romesco de muntanya i cireres Pichón de sangre con romesco de montaña y cerezas, pichón perfectamente cocinado en su punto perfecto de cocción, macerado en garum y servido con una buenísima salsa de anchoas. Muy bueno.
El pan que acompañó la cena, buenísimo, de la panadería Triticum en la Fabrica Moritz. La única pena es que hubiésemos comido mucho mas del que nos sirvieron, que fue algo justo...
De postres tomamos :
Menjar blanc amb fruita fresca i vi dolç Menjar Blanc ( especie de natillas a base de canela y almendras) con fruta fresca y un granizado de vino dulce. Un excelente y refrescante postre.
Milfulles de crema d'avellana i avellanes amb gelat d'espècies Milhojas de crema de avellanas y avellanas con helado de especias. Un delicioso punto final a la cena, que no a la velada.
Para beber, siguiendo los consejos de Marta Sánchez, en función de lo que yo le había mas o menos solicitado, tomamos una botella de vino blanco crianza Espenyalluchs D.O. Penedès 2014 Enric Soler, Masia Cal Raspallet, cepajes 100% Xarel-lo, ceps de coster, agricultura biodinamica criado sobre lías durante 8 meses en barricas de roble francés de 300 litros. Un excelente Xarel-lo, de color dorado intenso, con mucho cuerpo, elegante y largo en boca. Nos gustó. Muy bien servido.
Finalizamos con dos buenos cafés y unos excelentes macarons de chocolate (uno por persona).
La cuenta ascendió a 142,50 €/persona. Buena RCP.
La cocina del chef Jordi Vilà tiene mucha fuerza, gran producto, técnica muy elaborada, elaboración casi inmediata de los productos, el 90% de ellos provienen de productores locales y van a buscarlos personalmente a sus casas, sabores potentes bien diferenciados, sabe sacarle lo máximo a cada producto para ofrecer la excelencia. Estuvimos hablando un buen momento con el sumiller Ramiro Gutiérrez-Zamora, de sus años en Monvinic, de su nueva carrera en Alkimia, etc y le preguntamos si podríamos felicitar personalmente a Jordi VIlà, a lo que accedió y poco después teníamos en nuestra mesa al chef, quien nos dijo antes de empezar a conversar, que estaba delante nuestro porque se lo había pedido Ramiro, ya que nunca o casi salía a saludar a los comensales ( es un hombre muy poco mediático, su mundo está en el interior de la cocina). Pudimos felicitarle, es un hombre sencillo, como su cocina, y muy agradable. Mantuvimos una amena conversación sobre su filosofía de la cocina, que me pareció muy interesante y enriquecedora. Agradecimos su colaboración a Ramiro y tras pagar la cuenta, éste nos acompañó hasta la mismísima portería. Una gran persona.
Ah me olvidaba, hay que hacer una visita a los Servicios, antes de marcharse, son sorprendentes
Sin ninguna duda volveremos. Muy recomendable.