A veces hay sorpresas con los pescados

Bonito restaurante, situado enfrente del mar, que a primera vista parece una casa particular. Esta situado en la orilla oeste del Golfo di Arzachena en el antiguo pueblo de pescadores, y hoy ciudad turística, de Cannigione.

El restaurante esta recomendado por la guia michelin. Creado en el 2004 por el chef Antonio Serra, hoy está dirigido por sus hijos Alessandro y Francesco que proponen una cocina mediterránea, a base de pescados y platos tradicionales sardos puestos al día.

El restaurante posee dos salas, una interior y otra situada en una falsa veranda totalmente acristalada de la que se accede a la terraza y se percibe el mar Tirreno, que es donde nos situaron. La decoración del restaurante es elegante, paredes de tonos claros, con techos de "voltes" catalanas en el interior y de madera con vigas aparentes en la veranda. Las mesas, bien separadas las unas de las otras, están bien vestidas, con manteles largos de buena calidad, buenas vajilla, cubertería y copas.
El servicio de sala es bueno y profesional pero la carta estaba redactada unicamente en italiano y solo hablan italiano... lo que puedo comprender perfectamente y no me molesta en absoluto, es normal... el problema es que te dicen que entienden el francés, lo que te relaja a la hora de elegir los platos pero que en realidad no se averó cierto y produjo un malentendido que aguó un poco la cena y que explicaré a continuación. El servicio del vino fue bueno.

Comenzamos con un anti-pasti a compartir, que nos sirvieron separadamente,

Polpo grigliato, topinambur croccante e in crema, pomodoro candito Pulpo a la parrilla, patacas crujientes y en puré y tomate acaramelado. Muy bueno, excelente textura y sabor.

De primeros tomamos :

Tagliatelle fresche stese a mano con bottarga di muggine de Cabras Tagliatelle fresca elaborada a mano con bottarga de mújol de Cabras. Bien preparada, a MC le gustó mucho.

Calamarata di gragnano con ragù di seppie, zucchine e pesto leggero "Calamarata" de pasta de gragnano con ragout de sepia, calabacin y pesto ligero. Curioso plato en que la pasta de gragnano, similar en la forma con el calamar se mezcla con este. Plato sencillo y muy bueno. La foto ha quedado un poco borrosa, pero no tenia otra.

De segundos,

Sgombro croccante, vellutata di carote, Broccolo romano e sesamo tostato Caballa crujiente, crema de zanahoria, brócoli romano y sésamo tostado. El plato en si mismo estaba bueno, el problema es que MC no tiene ese pescado en su devoción.
Antes de pedir el plato estuvimos al menos 15 minutos con la camarera, que entendía según ella perfectamente el francés, intentando descifrar lo que era un sgombro, yo le hice la descripción en francés de lo que creía que era ese pescado, que no se porque yo lo asimilaba a un pez de la familia del cabracho, y casi se lo dibuje y le di todos los detalles, a lo que ella me respondió que efectivamente que se trataba de un cabracho, asi que elegimos el plato y después vino la sorpresa... Además facturar tres trocitos de caballa a 20 € me parece un poco caro.

Tonno scottato, patata schiacciata al lime, salsa di passito rosso e uvetta Atun pasado por la plancha, patata aplastada con lima, salsa de passito (vino extraido de uvas pasificadas) tinto y pasas. El plato estaba muy bueno, el túnido en su perfecto punto de cocción y la salsa muy sápida le daba un sabor muy agradable. Lástima que el atún para mi gusto estaba presentado demasiado grueso y era difícil de cortar.

El pan que acompaño la cena fue bueno.
Para beber tomamos una botella de vino blanco Tuvaoes 2014 AOC Vermentino di Sardegna Azienda Vinicola Cherchi Giovanni Maria de Usini (Sassari) en l'Alguer-Alghero, Cepaje 100% Vermentino. Nos pareció seco, fresco,equilibrado y elegante. Muy bueno.
Durante el periplo sardo he pensado en Aurelio cada vez que pedía un vermentino... es decir casi cada día.

Finalizamos con 2 cafés expresso y unos Petits fours a la sarda

La cuenta ascendió a 68,50 €/persona. RCP correcta, sin mas. Fue el restaurante mas caro que visitamos en Cerdeña y no pienso que pueda justificarse. No se come mal, pero está lejos de ser uno de mis preferidos.