Muy cerquita de casa, a unos 15 minutos a pie, un nuevo restaurante ha abierto sus puertas, así que el sábado 30 de abril, tras haber reservado previamente (aunque no hubiese sido necesario, porque solo se ocuparon 3 mesas) nos presentamos a las 20h para descubrir su cocina.

Al entrar te encuentras con una pequeña sala que sirve mas que nada de preámbulo a la sala principal. La decoración es algo curiosa, indefinible, paredes muy claras revestidas de paneles de madera de pino, con techos oscuros, y algunos muros azules y muchos objetos reciclados. Las mesas están correctamente vestidas, son amplias, para mi gusto podrían estar mas separadas las unas de las otras, pero puede considerarse aceptable. Cubiertos y vajilla actuales, copas correctas. En el exterior posee un gran patio de verano, con parrillas de leña, donde se pueden degustar pescados, crustáceos y carnes a la brasa.
El servicio de sala es agradable y simpático, tal vez un poco lento... la cocina es muy pequeña y solo caben 3 o 4 personas, no quiero imaginarme lo que debe ser con el restaurante lleno. El servicio del vino es bueno.

El chef, Olivier Ripert, antes de instalarse en Montpellier, adquirió sus 20 años de experiencia en fogones de Francia (Bouchon Bordelais, Boudin Blanc) e Inglaterra (Frederick's, Cheyne Walk de Chelsea- local muy visitado por las estrellas del momento). Su cocina es de inspiración regional, de mercado, con buena técnica, con productos frescos y de proximidad, "fait-maison".

Cenamos a la carta,

De primeros, tomamos :

Risotto de verduras Muy bueno.

Tarta de sardinas Excelente presentación, MC la encontró muy rica

De segundos :

Costillitas de cordero lechal de Larzac, con lecho de puré de patata y calabacín relleno de "ratatouille" Muy buena carne, perfecto punto de cocción, bien rosado y buen acompañamiento.

Filetes de salmonete sobre lecho de brandada y calabacín relleno de "ratatouille" MC lo encontró delicioso, la brandada de bacalao de 10. Lástima que se repitiesen en el acompañamiento con el calabacín relleno de ratatouille.

De postres,

Surtido de quesos : roquefort, tome y uno de pasta blanda, cuyo nombre no recuerdo Quesos de buena calidad, bien afinados.

Tarta de limón Muy buena.

Para beber tomamos un vino blanco bio de la región, crianza 9 meses "sur lies", Mortiès 2014 AOP Languedoc Domaine de Moriès, Guiraudon-Mosties-Rabassa, Sain-Jean de Cuculles. Cepajes Roussanne 75%, Vermentino 20%, Viognier 5%. Me pareció un vino fresco, mineral y largo en boca, muy equilibrado y agradable de beber. El único pero su precio, 39 € (precio mas bajo de la carta de vinos con AOP(denominación de origen) aunque hay que precisar que el precio de venta mas bajo que he encontrado en tienda es de 13 €, lo que hace un coeficiente multiplicador (X3), bajo para mi país (hubiese pedido pagar sin ningún problema en función del restaurante, alrededor de 50 €).

Finalizamos con 2 cafés.

La cuenta ascendió a 63 €/persona. Buena RCP para Francia. Estuvimos conversando con el chef unos momentos tras la cena y le comenté que nos había gustado su cocina pero que el servicio nos había parecido un poco lento, lo que reconoció debido a la pequeña capacidad de la cocina (para mi un problema clave a resolver) y me aseguró que esta situación no se reproduciría en la cocina exterior de verano. Buena cocina de mercado "fait-maison" y bien elaborada. Recomendable si se está por Montpellier, y en invierno si no se peca de impaciencia. Tal vez volveremos para probar su cocina de verano en el patio exterior. Si es el caso ya os contaré la nueva experiencia.