Restaurante L'Armeler en Sagunto
Restaurante L'Armeler
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
24,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingo Noche y Lunes Noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
32 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
5.4
Precio medio entorno ENTORNO
6.8
RCP CALIDAD-PRECIO
4.4
Opiniones de L'Armeler
OPINIONES
11

Estuve en este restaurante hace un año y me sorprendió muy gratamente por el servicio, la comida, la situación, calidad/precio y el ambiente, pues eran fiestas y el restaurante tenía un grupo cantando en la terraza.

Pero este año he vuelto a ir con mi pareja y por lo visto el restaurante ha cambiado de gerencia porque los cambios son muy drásticos y además el restaurante prácticamente vacío ( 3 mesas en la terraza y nosotros dentro).

El servicio y la comida son como en cualquier bar pero el precio no. Han mantenido los precios y la carta, pero no la calidad, y es que intentan hacer platos trabajados pero sin saber.

Lo que pedimos fue: ensalada de habitas e ibérico, solomillo de buey y lubina a la espalda. Sin postre porque para qué. No voy a entrar en la descripción de los platos porque creo que ya está todo dicho.

No volveremos a este restaurante, por descontado. Buscaré otro del mismo estilo que l´armeler hace un año.

¿Cena a la luz de las velas? Con los comentarios que he leido en esta web no me lo creo. Y sin embargó, mi mujer insistió, ya que, desde hace poco, vivimos en el mismo casco urbano de Sagunto y hemos probado ya varias opciones (ya hablaremos de ellas en otro apartado). El resultado fue sorprendente: Viernes por la noche, pianista tocando oldies (es decir, aquellas canciones que los cuarentones y cincuentones recordamos de nuestros padres) ¡en directo!, servicio cortés y eficiente y ¡qué Mús de Chocolate! y qué cordero con costra de miel, y ¡qué plato de foie! Cubertería de la que a mí me gusta (tenedor de púas largas), copas de cristal, una bodega bastante decente y bajoplatos con el logo, el sitio de lo más acogedor (nos colocaron en un rinconcito).

¿Que queréis que os diga? Hasta las velas eran bonitas. Y, por supuesto, mi mujer. Qué noche. Por menos de 90 euicos, incluyendo la propina, en pleno casco histórico de una de las ciudades más antiguas de España... Yo vuelvo.

Llega el fin del verano y como cada año la cena de despedida.Este año elegimos L`Armeler, debo reconocer que aunque sabia de la lentitud del servicio,pues ya había estado otras veces, esta vez se supero con creces pues desde que nos sentamos hasta que nos sirvieron los menús degustacion paso exactamente una hora y eso que en la terraza solo estábamos nosotros,una mesa de seis.Para entretenernos y viéndonos las caras nos saco unas brochetas de langostinos y unas cervezas que no nos cobro.
Los menús constaban de:Coca de anchoas,ensalada de queso brie,lubina,cordero con cus-cus,entre medio un par de sorbetes y un postre de chocolate acompañado de un moscatel.Los vinos entraban en el menú.Para los cafés saco unas tejas almendradas y nos invito a un cava valenciano brut nature. En fin que se come muy bien, el entorno,con el castillo iluminado al final de la cuesta espectacular pero tienes que ir al principio de las vacaciones y no al final porque entonces hasta el tiempo de espera es relativo.

Hola!!
Hace un mes hice mi visita al restaurante, ya que venía recomendado en la guía campsa y en la michelín. Eramos 6 personas, y decidimos provar, personalmente un fracaso por completo, quedé muy decepcionada.
Principalmente lo que más me sorprendió es lo excesivamente justas que fueron las raciones. Hicimos un menú especial, 33 €, ya que era el dia de la madre y no hacían carta, lo maridemos con un La Val blanco, un albariño, 16 €. El precio del vino no lo encontré excesivo, y el del menú tampoco si hubiese sido correcto, el problema es que surgieron inconvenientes por todas partes. Para empezar la espera entre plato y plato era interminable, y el servicio deja bastante que desear, puede que faltara personal, una camarera y el metre, la camarera no se conocía los platos, tuvimos que pedir un agua como unas 3 veces, estuvimos sin bebida durante 2 platos, y el menú estaba compuesto de 2 primeros a compartir, 2 raciones bastante justas para compartir entre 6, y despues una pequeña cazuela de arroz de bogavante que apenas llegaba para los 6. Se suponía que el postre venia acompañado de una copa de cava, pero las copas llegaron con el cafe. Despues del aperitivo pedimos pan, y llegó un panecillo con el arroz y el metre nos comentó que no disponían de mas pan y nos sugirió que con el arroz no se comía pan, para mi gusto una respuesta un tanto desagradable y fuera de lugar. A todo esto hay que añadirle que la camarera se confundió de plato cuando nos sirvió un primer plato de otra mesa cuando todavía no habíamos tomado el aperitivo, y otros tantos detalles. Todo al modico precio de 190 €, sin tomar cafes y con una sola botella de vino. Fue muy decepcionante, sobretodo si tenemos en cuenta que esta recomendado en guias como las mencionadas anteriormente.
No repetiré, y tampoco lo recomiendo.

Restaurante que no decepciona, pero que tampoco entusiasma.
El punto débil es el servicio, lento a más no poder (más de dos horas para el menú de mediodia, me parece inadmisible) y una cocina algo estancada, sobre todo teniendo en cuenta las opciones actuales que hay por la zona.
Correcta relacion calidad-precio.

Debido al dia no tenian disposición de todos los platos, nos suguirieron evitar los que tenian mayor preparación, buen consejo. La carta de vinos tiene bastantes referencias pero con poco riesgo, encontramos uno que nos fué bien.
Los platos están bien de presentación y ejecución, pero la cuenta final es muy superior al nivel presentado en la mesa.

Bonita ubicación y ambiente de mesón manchego de este restaurante. El local es bonito, de decoración clásica, con distintos niveles, lo que facilita la ubicación distanciada de las mesas.
Cocina de mercado con influencias de la cocina francesa clásica pero graves problemas de ejecución. Pedimos un huevo mollet que salió literalmente frío de la cocina... Por contra la degustación de bacalao (bilbaína, pil-pil y salsa verde) exquisitas. El postre tampoco fue nada del otro mundo, un trasnochado coulant con el corazón demasiado hecho.
Copas muy mejorables y extensa carta de vinos. Me sorprendió el número de referencias de espumosos, lástima que necesitara de tres intentos (no les quedaba) y feo traerme un Brut, cuando habíamos pedido el Brut Nature. Cuando le llamo la atención a la camarera entonces viene el encargado y me dice que no había Brut Nature (o sea cuatro referencias menos de las que marca la carta).

El servicio es atento pero muy lento con esperas entre plato y plato interminables y veinte minutos para cobrarnos...
Demasiada dejadez.

Restaurante de ambiente agradable y buen servicio familiar. La comida de calidad, las raciones muy abundantes y el acompañamiento de los platos muy completo y variado. En resumen es un restaurante que recomendaré. Como detalle curioso y de agradecer: hay cepillos de dientes desechables en el lavabo.

Cocina de mercado con claras influencias de la cocina francesa. Lo mejor la "Balantina de trufa fresca con setas silvestres" y lo más flojo el postre (Pastel de chocolate y manzana sobre un coulis de pomelo) con excelente presentación pero el corazón del postre demasiado congelado.... Carta de vinos algo monocorde con algunas referencias interesantes. Copas mejorables. Servicio simpático y agradable. Local muy bonito y con excelente ubicación.

De acuerdo con el comentario anterior ya que con nosotros no tuvieron un buen día. Cierto es que estábamos en el segundo turno y que llegamos un poco tarde, pero que no tuviesen varios de los platos que pedimos, no tiene escusa.
Sobre lo que llegó a la mesa, resultados desiguales. Pedimos a la carta. Algunas entradas muy buenas (las almejas a la marinera) y otras no tan buenas (el pimiento del ’esgarraet’ si no era de lata, sabía a pimiento de lata, que lo mismo es). Eso sí, los platos principales estaban riquísimos pero los postres, los pocos que quedaban para elegir, simplemente no deberían de haberlos sacado a la mesa. El helado de menta sabía a dentifrico y tenía un sospechoso color verde botella. Lo cambiamos por otro, el de limón, que tampoco se quedaba corto.
Al final nos pedimos los cafes con una supuesta repostería que no apareció. Parece que solamente te lo traen si pides algún menú. Incomprensible.
Respecto a la carta de vinos es amplia y a precios razonables y

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