Completa cena en pareja

Sábado noche y cena en pareja. El local es acogedor y ayuda el hecho de que no esté lleno del todo y que la gente sea silenciosa, lo que se agradece. No tenemos a nadie cerca además: todo fantástico.

El restaurante dice ser el único húngaro de la ciudad condal. La carta no es muy extensa pero sí bastante completa y bien pensada. La dueña nos recomienda unos aguardientes para empezar ya que según ella es una costumbre magiar. Yo tomo uno más clásico y mi novia otro con sabor a miel y mas suave. No me alucinó el mío y el precio (3,50 eur cada uno) algo elevado por el poco volumen del "chupito". De todas maneras está bien la experiencia.

Como ya conocía el sitio escogí un mini-langos (5.75 eur) que la verdad es que no es pequeño, ya que tiene el diámetro de un plato normal (hay otros 2 ó 3 tamaños más grandes que son realmente enormes). El langos es una especie de pizza, aunque la masa es bastante diferente, cubierto de queso rallado y nata agria. Muy bueno y suficiente para compartir. El cocinero, que es húngaro, se interesó muy amablemente por nuestra opinión de los platos. 

Escogimos un vino tinto húngaro (adjunto foto) de sólo 12 grados que me pareció algo insulso (sé que los tintos de este país no tienen tanta fama). El precio (16 eur) algo alto en mi opinión aunque entiendo que al importarlo no puede ser económico. Me supo a poco y no lo acabamos. Copas aceptables. 

Como platos principales yo pedí un Goulash de cerdo con judías... exquisito, de los mejores platos de este tipo que he probado en mi vida. La sopa/estofado tenía sus trozos de carne, judías, otras verduras... Todo coronado por nata agria, cebolla y cebollino. Muy-muy rico, ideal para el invierno. Estos platos se presentan en 3 tamaños (nos decidimos por el intermedio, a 9 eur, que fue suficiente). El que tomó mi pareja era de ternera y, a mi gusto, picaba demasiado. Una ración de buen pan, generosa, por 1,60 eur. 

De postre escogí por un puré de castañas servido en copa y coronado por nata. Estaba muy bien hecho pero lo encontré demasiado fuerte. El otro postre fue una tarta de limón que lógicamente probé y me encantó: suave y rica. El precio de cada uno: 4,50 euros. 

No tomamos café. Fue una buena y tranquila velada. La decoración, basada en objetos del país centroeuropeo, es agradable y además cuenta con muchos productos de comida y vino para comprar. 

En resumen, un local de visita obligada si vives en Barcelona. Hay que comentar que el precio subió un poquito por los aguardientes y el vino (también hay de la casa con copas a 3 eur). El pan tampoco era necesario, con lo que creo que por 20/25 eur/pa se puede cenar muy muy bien. 

  • Puré de castañas y tarta de limón

    Puré de castañas y tarta de limón

  • Goulash de cerdo ahumado con judias

    Goulash de cerdo ahumado con judias

  • Vino

    Vino

  • Mini Langos

    Mini Langos

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