Con la excusa de visitar las luces de Ruzafa, queríamos tomar algo, con las limitaciones que conlleva que fuera un lunes.
Hace días vi unas fotos, y dije creo que este local debe servir para un aquí te pillo aquí te mato y bingo.
Me considero un buen cliente del mercado central, por lo cual deje de lado los embutidos y conservas.
Tomamos:
- ½ ración de ensaladilla rusa (tradicional)
- ½ ración de patatas con una salsa de mascorpone y gorgonzola ( la salsa me gusto mucho)
- ½ ración de croquetas (2 de jamón y 1 pollo), tengo que decir que la de jamón me gusto más.
- 5 tostas, creo que tamaño es un poco pequeño, es cierto que utiliza un precio estándar para todas. Una de foie fresco con cebolla caramelizada y tomate, brascada black angus, almussafes, lomo con gorgonzola, chistorra con huevo de codorniz,
El local tenia movimiento para ser lunes, lo cual es agradable. Me gustaría recalcar el que el servicio muy agradable.
Cuando me pille por la zona, lo tendré en cuenta para volver a visitarlo.
Pagamos 26€ con una botella de agua.
Me encantan las barras y las vitrinas repletas de producto, por eso al entrar en El Guiño esbocé una sonrisa y me quedé un rato curioseando la selección de quesos, embutidos, galantinas, jamones... Además tiene un horario amplio, por lo que se puede ir a cualquier hora a picar algo o sentarse en las mesas. Las barras para más de dos personas no son nada recomendables.
Esta vez acudimos a celebrar la cata de la Peña La Verema, así que el organizador pactó un menú consistente en:
Plato de jamón ibérico de bellota y lomo ibérico de bellota de Jabugo 10 vetas
Carpaccio de cecina y queso parmesano Reggiano
Variado de foie fresco y mi cuit de pato
Ahumados de Carpier, mejillones y navajas
Salteado de trompetas amarillas con foie fresca
Chuletón gallego con guarnición
Surtido de dulces
Plato de quesos
Como se puede ver, todo se basa en el producto de gran calidad, no hay más pompa que la propia de una materia prima de 10. Escasa intervención del producto aunque nos comentaron que ampliarían la carta de platos calientes.
No es de extrañar que tras este local y estos productos esté Vicente Castillo de Mantequerías Castillo, quien nos dejó algo huérfanos al cerrar su mítica tienda de la Gran Vía.
El local, recién inaugurado, es bastante acogedor, con una buena distribución de mesas y la zona de la barra a la que volveremos, aunque sea para el aperitivo.
Carta de vinos interesante y copas de buena calidad. Servicio muy atento, más cercano que profesional pero de esos con los que sientes realmente como en casa, que es de lo que se trata.
Tomamos Tamtum Ergo, Hombros de Casar de Burbia y Tilenus Pagos de Posada.
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