Espacio gastronómico de cocina creativa

Así se define en su página web, el local no merece mención especial pues no tiene atractivo alguno, no tiene más de de 20 plazas dispuestas en mesas y otras 6 o 8 en taburetes en la barra, la cocina es abierta y se cocina cara al público.
Las mesas están vestidas con camino de mesa y servilletas desechables simil tela, cubertería y cristalería correctas.
Su filosofía es que sus platos sean a compartir por lo que los presentan en el centro de la mesa con unos originales y modernos platos y bandejas con una muy buena presentación. Su recomendación es que pidas entre 5 y 7 platos.
Así pues siguiendo la recomendación pedimos como aperitivo esferificación de oliva verde, tiene un punto de picante se presenta con una puntita de guindilla y en boca recuerda a la clásica banderilla, la acompañamos con una cerveza artesa que elegimos de entre las varias opciones y explicaciones de la chica que ejerce de jefe de sala.
Seguimos con carpaccio de solomillo Nebraska con vinagreta de piñones, pulpo a feira con parmentier de tupinambo servido en una campana con humo, langostinos en tempura y mayonesa de pimentón de la Vera, rodaballo a la plancha con kikos garrapiñados con un punto de picante y albahaca, arroz cremoso de boletus.
Realmente todos los platos con una gran creación y por descontado una muy buena materia prima.
Presentación y explicación de cada uno de los platos.
Un solo postre un original gin tonic con tres texturas.
Un vino blanco Colection de la DO Empordà fue el complemento que maridó perfectamente con todos los platos.
Pan a la altura de las circunstancias y dos cafés.
Joven equipo en cocina al que se ve desarrollando su trabajo, también joven en sala que se muestra muy agradable y cercano.
Imprescindible reservar.