Muy poco que añadir a los acertados comentarios de Andreu, creo que su exposicion es perfecta. Yo voy en muchas ocasiones durante los medios días por ese trato familiar que te depara tanto Joan como Carme. Uno de mis platos preferidos es los pies de cerdo desosados a la brasa...riquisimo.

Lugar con el típico aspecto de restaurante de montaña para domingueros. Pequeño, rústico, popular y de trato amable y familiar. La presencia de la carta no depara sorpresas. Ensaladas, carnes a la brasa, arroces y platos típicos de montaña. La sorpresa viene cuando los platos llegan a la mesa. Vistosas y buenísimas ensaladas, soberbias carnes en su punto de brasa y un magistral arroz de bogavante. Nada parece improvisado. Hay mucho criterio en la selección de la materia prima y gran sabiduría en las cocciones. La carta de vinos presenta una buena y variada selección de referencias nacionales a precio correcto (tienda x 1,7). Hay selección de vinos recomendados semanalmente a mejor precio. Copas sencillas (sin marca) pero correctas y servicio amateur pero muy voluntarioso. No dudan en traer cubiteras para enfriar un tinto ni en cambiar una botela con TCA. Un lugar que esconde mucho más de lo que aparenta por su aspecto. Para repetir muchas veces y disfrutar comiendo. 25€ sin vino.