Caminito de l'Armell.

Son unas cuantas visitas a lo largo de los años como para atestiguar que el Armell ha conocido otros tiempos mejores. Recuerdo la primera comida de todas en ese interior de casona de huerta y verlo lleno. Las últimas veces ya han sido en la terraza, observando como dicho comedor queda vacío.

Aún con todo y con eso, sigue siendo la primera opción cuando vamos a La Sella, desde donde vamos incluso andando por un caminito "pedregoso". Tiene su complicación encontrarlo si no te llevan, pues está como en mitad de la huerta de Pedreguer.

Siempre pedimos prácticamente lo mismo, alternando fideuá y arroz a banda junto a su infalible ensalada. Pero preparan también un par de menús de brasa, carne y pescado, de los que hablan bien.

En esta ocasión nos decidimos por ambas paellas. Un arroz a banda que estaba algo más neutro que otras veces, y la fideuá, que curiosamente y aunque con el mismo fondo, se supone, estaba más gustosa. Buena en definitiva.

La ensalada como decía nunca falla. La del domingo tenía unas gruesas rodajas de un gran tomate, cebolla tierna y roja en vinagre, y algo que me chifla, el pimiento verde en salmuera.

Podíamos haber prescindido de los entrantes. La verdad es que nunca los recuerdo de una vez a otra, será por algo. Eso mismo me hizo cometer el error de pedir calamares a la romana y no acordarme que eran congelados de bolsa. Las clóchinas, en una salsa de tomate, no me hicieron mucho.

De vinos escasea la cosa. Por no recurrir a los moscateles habituales, nos fuimos al no menos omnipresente Rueda, un Alberto Sanz Verdejo 2014, del que cayeron un par.

Ahora está el chaval medio al frente, un joven simpático de veintiun años que enseguida acude con unas decentes copas, te sirve, y que luego acaba preparándote unos gin tonics de manera efectista a 5 euritos.

Sobre la mesa, aguas y demás refrescos. Lo normal cuando se juntan un par de familias.

Corría el aire y se estaba a gusto. Tomamos cafés, unos polos para los peques y un par de esos gins que fueron rulando.

Pero había que volver a la piscina y a la tumbona...