Un principal en la zona

La zona de la calle Laurel y adyacentes es el punto neurálgico del tapeo en Logroño. Muchos son los locales y cada uno con sus especialidades que marcan la ruta. Pero hay un lugar imprescindible de visitar porque aúna buenas tapas y mejores vinos e insuperables aceites.

Local tipo tubo desde la entrada hasta el final donde está la cocina. Mesas altas y sillas en hileras (pocas porque el espacio es pequeño) para estar algo cómodo pero para comida de tapeo. El medio local interior lo ocupa la barra que empalma con la puerta de entrada a la cocina.
Allí está Alberto, dispuesto a abrir muchas botellas por copas para que tomes el vino que te guste y tiene muchas cosas interesantes (fuera de las marcas habituales), de pequeñas bodegas y elaboraciones actuales. Además cuenta con una batería de aceites para degustar (sin cargo) que valen más que las botellas de vino.

Así pude probar aceite Ijalba, Dauro, Castillo de canena arbequina y reserva familiar (el mejor del mundo en concurso reciente según me informa) al humo de roble (y se nota el ahumado), dulce, nada verdoso. Tres vinos a catar: Luberri, Solana de Ramirez, As de corazones y los que se quedaron en aceites y en vinos.

Su especialidad: pimientos de cristal: unos pimientos rojos simplemente asados y con aceite, pero qué pimientos y que aceite.
Tres croquetas caseras (de jamón ibérico), de buen tamaño, bien fritas sin quedar aceite y sabrosas.
Todo ello con un extraordinario pan fresado y chapata sin cargo.

Entré por los vinos, pero volvería por los aceites.

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